En Perú, los emprendimientos femeninos en el campo de la ciencia y la tecnología no llegan ni al 30%.
Infomercado conversó con Silvia Torres Carbonell, directora general de WISE (Women in Stem Entrepreneurship), quien explicó que pese a que Perú ocupa los primero lugares a nivel de latinoamérica con mayor cantidad de emprendimientos, la escasez de mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) reduce la cantidad de emprendimientos femeninos en este ámbito.
Según explica Torres Carbonell, solo un tercio de mujeres estudia carreras STEM y, apenas el 15% de las que siguieron estas carreras emprende siguiendo su línea de estudios.
Por lo que «se necesita es que más mujeres se interesen en estas cerreras, se capaciten y así enfoquen sus investigaciones en cómo generar proyectos y servicios que aporten a la comunidad y no queden en los laboratorios», dice Torres.
Independencia y trabajo propio
En general, la motivación de los emprendedores nace ante la necesidad de trascender, de tener la posibilidad de ser independiente y tener horarios flexibles para generar ingresos propios.
Aunque, en la mayoría de los casos, un emprendimiento surge para solucionar los problemas dentro de una comunidad.
Es por eso que, como agrega la directora general de WISE el emprendedor no es un espectador, es el protagonista que se plantea desarrollar una idea novedosa para resolver un problema.
Sin embargo, en el caso de las mujeres, su principal motor para emprender surge de la necesidad de obtener independencia, así como intentar conciliar la vida familiar con la laboral.
Apoyo tecnológico y gubernamental
La especialista también aclaró que, pese a que a las mujeres emprendedoras las fortalece su perseverancia y capacidad de trabajo, muchas no reciben la capacitación debida y sus proyectos no prosperan.
Por este motivo es que en WISE se encuentran trabajando en propuestas donde a través de la tecnología se ofrece soporte a las microemprendedoras.
«Por ejemplo, si a un grupo 10 mujeres que hacen artesanías de lana, se les arma un modelo de compra en grupo o se les brinda acceso a un contador único probablemente mejorarían su productividad», explica Torres.
Igualmente, aseguró que si bien apoyos gubernamentales como el programa de capital semilla, apoyan estas mujeres, es necesaria la capacitación para que los modelos de negocio sean escalables.