Luego de la pandemia, las empresas han tenido que replantear sus modelos de negocio. Dentro de esos cambios, la sostenibilidad ha sido uno de los aspectos que se ha puesto en la discusión debido a que la difícil situación ha generado la siguiente pregunta: ¿pueden las empresas ser sostenibles sin un diálogo continuo con sus stakeholders?
Además, hoy el Perú parece experimentar un halo de incertidumbre en la relación empresa-estado. ¿Esta tensa relación cuánto afecta la sostenibilidad?
Conversamos con Julianna Ramírez, directora de Sostenibilidad de Centrum PUCP, quien nos comenta su análisis de lo avanzado en sostenibilidad y de los retos presentes.
¿Cómo se adaptado la sostenibilidad en las empresas luego de la pandemia?
La pandemia nos ha enseñado que las cosas pueden cambiar de un momento a otro. Podemos hablar de un retorno a la normalidad, pero no como antes, y ese es uno de los temas importantes: la gestión de la responsabilidad social y la promoción de la sostenibilidad. Para lograr ello, debemos garantizar la calidad de vida de las generaciones futuras. En esta línea, las empresas se han visto obligadas a repensar sus productos y su relación con sus grupos de interés. Una de las cosas buenas de la pandemia es que las empresas han entendido que solas no pueden sobrevivir. Como decía Friedman, lograr la sostenibilidad a partir de la buena relación con los grupos de interés.
¿Siempre habrá una colisión entre lo económico y lo medio ambiental?
Hablar de sostenibilidad es referirnos a tres variables: social, ambiental y gobernanza. Lo económico es la base. No podemos hablar de sostenibilidad si la empresa no está en números azules. La razón es sencilla: una empresa en rojo no se va a fijar en la sostenibilidad. Luego de ese equilibrio económico se puede pensar en los principios de la sostenibilidad.
Pero hay ‘empresas grandes en azul’ y son ‘los mejores lugares para trabajar’, pero las personas las perciben distintas…
No todas las empresas en azul buscan la sostenibilidad, pues se enfocan en el corto plazo. De un día para otro una empresa no se vuelve sostenible. Por ejemplo: estudio a Textiles del Valle, en Chincha. Esta empresa se ha propuesto ser la más sostenible del mundo. Es un gran reto pero, ¿qué acciones han implementado? Usan energías renovables, han entregado bicicletas a tres mil colaboradores, el 80% de la mano de obra es de la localidad, entre otras acciones. Tienen un pendiente: comprar materia prima a los productores de la zona, sin intermediarios. La relación con los públicos de interés no es sencillo y esta empresa sabe que no podrá lograr la sostenibilidad trabajando sola.
¿Se puede hablar de sostenibilidad en la minería con tantos conflictos sociales?
En un sector difícil. El caso que he estudiado es Antamina. No es una empresa perfecta, pero ha hecho bastantes esfuerzos para construir lo que llama «multi-actor», es decir, la empresa es protagonista, pero no es el actor único. Antamina genera redes y pone al centro la palabra ‘desarrollo’. A partir de ello, construye su buena reputación. Ojo: hay empresas que piensan que tienen una buena percepción con sus stakeholders, pero es todo lo contrario. Por ejemplo, en Southern Perú pasa algo de ello. La población de Moquegua dice: «minería sí, Southern, no». Es una pena porque la realidad dice que la empresa ha hecho las cosas bien, pero no ha tenido un buen relacionamiento con la comunidad.
¿Qué papel juega el estado en la sostenibilidad?
No solo debe generar leyes y su trabajo debe ir más allá. El estado no es tan activo y se complica con la corrupción. Es verdad que hay alcaldes que se interesan por la sostenibilidad, pero no son todos. El gobierno no se debe quedar solo en la ley y la sanción sino ser el primer motivador para generar la sostenibilidad. Una vía es la sanción y la otra es la promoción.
A pesar que el mismo estado empuja a que las empresas tomen responsabilidad que no son suyas, como hacer obras públicas….
Es un estado inoperante, ausente y corrupto. No se puede avanzar en un país donde uno de los stakeholder no esté ayudando. El Perú es un país que ha crecido por las empresas, y eso lo sabemos todos. Sin ser proempresa, hay que analizar el aporte de todos y medir el aporte del gobierno.
¿Las ODS se han internalizado dentro de las empresas?
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es un mandato de la ONU, que tiene una vigencia del 2016 al 2030. Los 17 ODS buscan la sostenibilidad en el mundo y las empresas están llamados a alinear su planeamiento estratégico a una de ellas de manera voluntaria. Conozco empresa que sí han buscado alinearse pero, al no ser obligatorio, se apela a la voluntad.
¿Cómo se implementan las ODS en las empresas?
Las empresas buscan hacerlo público en sus reportes de sostenibilidad pues comercializan en el exterior. En otros países se les pide informes de cumplimiento de ODS. Realmente, se ha avanzado poco con las ODS porque se complicó con la pandemia. Pocas empresas las conocen, otras las usan porque necesitan evidenciarlo en su informe de sostenibilidad, y otras creen que es complicado implementarlo. Esto debería cambiar porque las ODS debería ser el ADN de la empresa. Hoy debemos asegurar inversiones siendo sostenibles.
El dato
- Juliana Ramírez es una de las expertas impulsoras de la Red de Periodistas Responsables, una iniciativa de Centrum PUCP, el GRI y el Grupo RPP.
- Esta iniciativa busca que los medios de comunicación comprendan los conceptos de sostenibilidad y buscan informarlos con los casos de éxito que hay en el país.
- Encuentra la Red en el siguiente enlace: redperiodismoresponsable.pe