La Oficina Nacional de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), de acuerdo a sus datos reveló que la superficie cultivada con hoja de coca creció 13% en el 2020 a nivel nacional, llegando a 61777 hectáreas (ha.) superando las 54655 ha. registradas en 2019.
La cifra reportada al cierre del 2020 exhibe un crecimiento de 13.03% anual en el 2020, alcanzando un nivel no visto en los últimos ocho años.
De acuerdo al informe elaborado por Macroconsult, en los últimos años se ha visto una sostenida tendencia a la baja en la erradicación de las superficies cultivadas con hoja de coca, a pesar de que el Estado, en conjunto con el UNODC, ejecuta anualmente un plan de reducción del espacio cocalero ilegal implementado por el Proyecto Especial de Control y Reducción de Cultivos Ilegales.
Luego de que en el 2015 se erradicaran alrededor de 36 mil ha., los niveles de erradicación fueron disminuyendo hasta alcanzar solo 25 mil ha. en 2019, representando una caída de más del 28%.
Durante el 2020, lo niveles de erradicación fueron aún menores ya que, debido a complicaciones originadas por la pandemia de la Covid-19 y la paralización de actividades, dicho año se erradicaron apenas 6 mil ha.
Zonas cocaleras
A nivel de zonas cocaleras, el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) continúa siendo la más relevante ya que exhibe poco más del 45% de la superficie cultivada con hoja de coca a nivel nacional, además concentra el 69% de la producción de hoja de coca a nivel nacional.
La zona del VRAEM cuenta con el más alto rendimiento de cultivo del país, con una producción estimada de 3.6 toneladas por hectárea sembrada.
Por otro lado, según el reporte de monitoreo del cultivo de hoja de coca de UNODC y DEVIDA, el resto de las zonas cocaleras del país mostraron dinámicas heterogéneas de crecimiento.
Destaca la importante expansión de la superficie sembrada con hoja de coca en Callería, que pasó de registrar 858 ha. en 2019 a mas de 2400 ha. en 2020, representando un aumento de 186%.
La misma dinámica mostraron las zonas cocaleras de Bajo Amazonas y Aguaytía, cuyas áreas sembradas con hoja de coca crecieron en 68% y 56%, respectivamente.
En contraste, las zonas cocaleras de La Convención y Putumayo presentaron una reducción de sus áreas sembradas con hoja de coca, las cuales cayeron 20% y 22% respectivamente.
