La ambición estratégica de Coca-Cola es muy simple: convertirse en un gigante «total» del mercado de las bebidas, y el café. El gigante de los refrescos entra a lo grande en el mundo del café con la adquisición de Costa Coffee, una cadena con más de 3.000 locales presentes en 31 países.
En el periodo 2017-2018, el volumen de negocio de Costa fue de 1.437 millones de euros y tuvo un beneficio operativo de 137 millones de euros.
El presidente ejecutivo de Coca-Cola, James Quincey, declaró que el mercado de las bebidas calientes es uno de los pocos segmentos del sector de las bebidas en el que Coca-Cola no cuenta con una marca global, por eso decidieron adquirir Costa, ya que les brinda acceso al mercado del café.
Tras el cierre de la transacción, previsto para la primera mitad de 2019, The Coca-Cola Company será propietaria de todas las acciones de Costa Limited, compañía que engloba todos los negocios de Costa.
Whitbread, matriz de la británica, buscará la autorización de sus accionistas a la operación en una junta que se celebrará a mediados de octubre.
La culminación de la transacción está sujeta a las condiciones de cierre habituales, incluidas las aprobaciones antimonopolio en la Unión Europea y China.
Costa Coffee, fundada en Londres en 1971 por los hermanos italianos Bruno y Sergio Costa, fue adquirida por Whitbread en 1995 cuando contaba con 39 locales por 24.6 millones de dólares.
Whitbread la ha convertido en la mayor cadena de cafeterías de Reino Unido y la segunda a nivel mundial.