En la actualidad, la palabra estanflación ha sido muy utilizada por parte de especialistas y analistas de los mercados financieros, y es que, dado el contexto actual, no es descabellado pensar en esta situación.
Existen múltiples opiniones contrastadas en torno a la coyuntura, Carmen Reinhart, vicepresidenta y economista en jefe del Banco Mundial, aseguró que la estanflación es una realidad en varios países, mientras que, Derek Holt de Scotiabank (BNS) asegura que todavía es muy prematuro dar un pronostico de tal envergadura.
Según Reinhart, el escenario de estanflación ya se estableció en varios países, ello debido a la falta de recuperación del ingreso per cápita a los niveles prepandemia, acompañada de altas presiones inflacionarias.
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Además señaló que esta situación tiene lugar en países emergentes con menos ingresos de los que poseían antes de la llegada de la Covid-19, y que en paralelo han experimentan una alta inflación, de esa manera se ven muy afectados debido a que hora deben destinar un mayor porcentaje (de sus menores ingresos) a gastos en consumo de alimentos y energía.
En el caso de los Estados Unidos, Reinhart manifiesta que puede deberse al sobrecalentamiento de la economía. Su opinión es respaldada por Mohamed El-Erian, presidente de Gramercy Fund Management, quien asegura que el crecimiento de los EE.UU ha decrecido aún con la inflación permaneciendo expectante.
Por otro lado, Holt afirma que aún no estamos preparados para poder proyectar con seguridad un escenario de estanflación, pues sería necesario pronosticar años de inflación de las tasas actuales y años de crecimiento lento o nulo. No obstante, deja abierta la posibilidad de enfrentar soportes inflacionarios estructuralmente mayor en el futuro que en el pasado.
Los especialistas esperan que los problemas en la cadena de suministros disminuyan de manera paulatina, lo cual podría incentivar el aumento de la producción y reducir los tiempos de entrega, y de este modo, aliviar las presiones en los costos. El estado de inventarios se encuentra en óptimas condiciones, por lo que, se necesitaría un gran colapso para experimentar una fuerte recesión.