«Les hablo para reiterar que soy incondicionalmente fiel al mandato popular y constitucional que ostento como Presidente». Pedro Castillo no reconoce su destitución como jefe de Estado, ni tampoco acepta un gobierno de Dina Boluarte, a quien llama «usurpadora».
Mediante una carta escrita a mano, publicada en su cuenta de oficial de Twitter, el expresidente Pedro Castillo Terrones se dirigió al pueblo peruano.
Sostiene que ha sido secuestrado, así como maltratado y que no le permiten comunicarse libremente. Aunque menciona que la situación resulta humillante, la cataloga como «el trance más difícil de su gobierno». De esta manera crea una antesala para el anuncio más importante de la carta: no acepta el resultado de la vacancia. Ello va a acorde a lo que, Félix Chero anunció antes de la fallida disolución del Congreso: Ellos no se someterían al dictamen del parlamento, si estos retiraban a Castillo del cargo.
Sin embargo, la misiva no hace referencia solamente a dicho tema, sino también a su ex-vicepresidenta, Dina Boluarte. Ella, según la Constitución del Perú era la llamada a asumir el sillón presidencial, por lo que juramentó el mismo 7 de diciembre. A pesar de ser ley, Castillo la llama usurpadora. Además hizo alusión al adelanto de elecciones con una comparación respecto a los fluidos que el cuerpo humano emite, en mayor medida, cuando cae enfermo: mocos y babas. Afirma que son los mismos de los políticos de derecha, a quienes califica de golpistas.
Lo dicho recientemente por una usurpadora no es más que los mismos mocos y babas de la derecha golpista.
Pedro Castillo Terrones mediante carta publicada en Twitter.
Lo que quiere Castillo de los peruanos
Asimismo, y para finalizar, hace un llamado al pueblo. Les pide que no se dejen engañar por la medida que llevaría a que los comicios se realicen en el 2024, pues tilda a la propuesta de nuevas elecciones como un juego sucio.
Para cerrar el comunicado, repite uno de los slogan que ha enarbolado durante toda su campaña: el de la asamblea constituyente. Lo acompaña un «¡Basta de abusos!» y un «Libertad inmediata!», haciendo más contundente el mensaje entre líneas.
