Edwin Raymundo Navarro trabajó 18 años en la industria de agua y saneamiento, conocía el negocio y decidió emprender: Agua de Mesa Prístina.
En la calle 11 número 117 del barrio San José se ha instalado la planta de Prístina. Sin embargo, la historia de este negocio no se construyo de manera sencilla.
Edwin Raymundo Navarro no quería solo distribuir agua sino tener una planta de producción y venta. «Queríamos darle a nuestros clientes un producto de calidad, un agua sin microorganismos o bacterias perjudiciales para la salud», recuerda.
Con dicha convicción, Edwin se abocó a la búsqueda de terrenos y encontró quien sería su socia y mano derecha en esta aventura: Rossana Vera.
Rossana, abogada de profesión, tenía un terreno disponible para convertirlo en la planta de tratamiento de agua que el ingeniero Raymundo tanto anhelaba.
Comienza el sueño
El 30 de setiembre de 2017 inició sus operaciones. Amigos, familiares, compañeros de trabajo fueron sus primeros clientes. La primera producción fue gratis para que conozcan el producto.
“Con nuestra agua les ofrecimos mejores condiciones que otras marcas y nuestra ventaja comparativa era que podían ir a la planta y conocer lo que hacemos en el proceso para comprobar que nuestra calidad es superior”, recuerda Rossana Vera.
El buen sabor y la frescura de Agua de Mesa Prístina se fue haciendo conocido y los buenos comentarios no tardaron en aparecer.
Empresa de tono estacional
“Emprender no es fácil y más cuando se trata de una empresa que se rige por el tema estacional, pero hay que ser constantes y creer en tu proyecto”, señala Edwin Raymundo.
Luego de algunos meses de iniciar, las ventas cayeron. En mayo de 2018 el frío nubló a la ciudad del eterno calor y las ventas de Agua de Mesa Prístina cayeron en 20%.
A pesar de ello, los dueños de Agua de Mesa Prístina no se dieron por vencidos y decidieron estar preparados para el siguiente año.
Invirtieron en marketing, se hicieron conocer aún más y se alistaron para participar en la Maratón de Piura que se organiza a finales del año. “Nos tocó duro, pero debíamos darle vuelta a la hora y continuar”, afirma Edwin.
La estrategia fue la adecuada y para este año, 2019, duplicaron sus ventas y las superaron más del 100%.
“Hemos superado un problema que te golpea porque tienes costos, bidones, insumos y las ventas no cubrían, pero este año no hemos tenido problemas y estamos trabajando para crecer, innovar y mejorar”, asegura.
Agua de primera
Si bien en sus inicios Agua de mesa Prístina distribuía entre 100 y 150 bidones; hoy bordean los 300 y 600 en época de verano.
Algunos de sus clientes son FONCODES, Ripley, Saga Falabella, Enosa, Mincetur y empresas agroexportadoras en Paita y Sullana.
Para Edwin Raymundo, lo que ha marcado su éxito ha sido su diferenciador de calidad: «acondicionamos la planta para cumplir con los requisitos obligatorios que aseguraban la producción de agua fresca, pura y exenta de cualquier microorganismo que pueda afectar a la salud».
Según el gerente de producción de Agua Prístina, «muchas empresas solo purifican el agua y la distribuyen, pero nosotros realizamos el proceso completo desde el filtrado, la ósmosis inversa, desinfección por ultravioleta y ozonización; con eso el agua está asegurada para el consumo humano».
Otro diferenciador es que cumplen con las normas para la producción industrial de agua: “Cuando el agua es más alcalina es más fresca. Podemos llegar a los 9.5 PH aunque la norma nos exige entre 6.5 y 8.5”.
Planes de expansión
Uno de sus planes de crecimiento contempla la automatización del proceso de envasado del agua.
En cuanto al producto, están trabajando en el próximo lanzamiento de la presentación en botella de 625 ml.
Finalmente, esperan implementar sistemas de almacenamiento que les permitan superar cualquier tipo de corte de servicio y reusar parte del agua en pro de los procesos que tienen a cargo.