La Fundación Starbucks, en colaboración con la organización internacional sin fines de lucro TechnoServe, anunció el lanzamiento de una nueva iniciativa llamada Mujeres CAFÉ. La iniciativa se enfoca en capacitar a mujeres en las comunidades caficultoras de las regiones peruanas de San Martín y Huánuco.
Con el fin de desarrollar sus habilidades de liderazgo y comunicación, permitiéndoles tener un papel más importante en la toma de decisiones en sus hogares y comunidades.
Mujeres CAFÉ
A pesar de que las mujeres administran una cuarta parte de las fincas cafeteras en Perú, estas suelen ser menos rentables que las dirigidas por hombres. En promedio, los hombres ganan un 29% más que las mujeres agricultoras y un 45 % más por ventas de café. Además, las mujeres enfrentan varios obstáculos, como acceso reducido a la tierra, formación agrícola y financiación.
La iniciativa Mujeres CAFÉ tiene como objetivo abordar estos desafíos mediante el desarrollo de la efectividad personal, agencia colectiva y habilidades de comunicación entre las mujeres de las comunidades caficultoras.
¿En qué consiste?
El programa utiliza la resiliencia al cambio climático como enfoque para la acción colectiva. Trabajando con seis organizaciones de productores, la iniciativa implementará capacitaciones en liderazgo adaptadas al contexto local para 1 mil 300 mujeres en la comunidad.
Y tendrá una duración de casi dos años, espera que las participantes reporten un aumento en su poder de decisión en temas agrícolas y del hogar, control sobre los ingresos y autoeficacia. Además, se espera que las seis organizaciones productoras con las que trabajará el programa tengan planes de acción de género y que las mujeres ocupen al menos el 40% de los cargos de liderazgo.
Mujeres CAFÉ tiene como objetivo capacitar a mujeres en comunidades caficultoras para que puedan desempeñar un papel más importante en la toma de decisiones en sus hogares y comunidades.
Se espera que, al finalizar el programa, las mujeres participantes tengan un mayor poder de decisión en temas agrícolas y del hogar, control sobre los ingresos y autoeficacia, y que las mujeres ocupen al menos el 40% de los cargos de liderazgo en las organizaciones productoras.
