Agricultura

Agros, la empresa piurana del Bicentenario: Una mirada de cerca a la startup que ha llamado la atención del mundo

Infomercado viajó hasta Chulucanas para conocer cómo trabaja Agros, la startup piurana creada por Robinson López, considerado por el MIT como uno de los visionarios más jóvenes de Latinoamérica.
Por Arturo León Publicado: Últ. actualización: 22 diciembre, 2020 17:16
7 minutos

Cuando menciona su edad es inevitable asombrarse. A sus 87 años, Don Manuel Urbina sigue trabajando en el campo. No al ritmo de cuando tenía 20 años y recién empezaba a conocer la agricultura, pero sí con la misma actitud positiva y encantadora. «Hace 20 años que no tomo, por eso me mantengo así», comenta.

Su finca está ubicada en el corazón de Chulucanas. La mejor forma de llegar es en moto. Los caminos son estrechos y con mucha vegetación. Ya en el campo, lo encontramos trabajando.

Estaba pegando stickers de su marca en las jabas que luego serán llenadas con los hermosos y jugosos mangos que crecen en sus hectáreas.

Todos en Chulucanas saben que sus mangos son los mejores de Piura.

Don Manuel Urbina trabaja en el campo desde que tiene 20 años. Cuenta que, al inicio, en la finca se cosechaba limón. Luego identificaron que el mango se producía mejor.

Desde hace un tiempo, en el cuello de Don Manuel cuelga el Pasaporte Agros (fotocheck) que lleva su nombre, un código QR y el logo de Agros.

Al escanear esa matriz de barras disparejas desde un smartphone, aparece toda la información sobre el lugar donde estamos parados: el mapa del campo, el número hectáreas, los frutos que se cosechan, fotos satelitales, etc. También datos sobre el dueño, Don Manuel.

Así, mientras las agroexportadoras más grandes de todo el país son acusadas de explotar y pagar sueldos bajos a sus colaboradores agrícolas, el piurano Robinson López nos muestra cómo trabaja la startup que lidera.

Aunque el fotocheck es solo una partecita de un proyecto cuyo objetivo es ayudar a crecer a los pequeños agricultores del país.

Pequeños pero poderosos

Caminar por el campo de los Urbina con Federico -hijo de  Don Manuel- como guía es como recibir una clase maestra de botánica al aire libre.

El señor nos explica todo sobre los tiempos de riego, el abono de las plantas, cómo se combaten las plagas, etc.

Nos explica cómo trabajan, cómo se organizan, cómo cuidan los sembríos (hay un escuadrón de ronderos que vigila el perímetro) y nos muestra las pruebas que están haciendo para ver si venden masivamente otros frutos, además del mango.

Por ahí vimos un ciruelo, plantas de cacao, paltos, entre otros.

Federico Urbina (izquierda) conversa con Robinson López, CEO de Agros, sobre cómo se viene desarrollando la cosecha de mango en esta época de campaña.

Es una buena iniciativa de Agros para poder conectarnos con los compradores. A pesar que estamos organizados, no tenemos buenos canales de comunicación y eso poco a poco nos ha perjudicado porque hemos perdido mucho mercado”, explica Federico.

Son pequeños agricultores, sí. Pero también tienen un gran potencial para mejorar su productividad. Llevan años en el negocio, son parte de una cooperativa importante (APROMALPI), pero aún tienen mucho por hacer.

Y eso es justamente lo que Agros, empresa por la que Robinson López ha sido escogido uno de los 35 innovadores más importantes de Latinoamérica menores de 31 años, quiere lograr con su emprendimiento tecnológico.

Ellos ya tienen mercados consolidados, trabajan con buenos estándares, pero siguen siendo pequeños. Cuando empezamos nuestra investigación, le tocamos la puerta a los Urbina y nos recibieron con los brazos abiertos. Permitiéndonos comprender su problemática y crear soluciones que les ayuden a crecer”, comenta Robinson.

Un puente comunicativo

Los agricultores pequeños, como los Urbina, tienen dos dificultades bien puntales: para acceder al mercado y para acceder a oportunidades de financiamiento. Ambas se explican por un mismo motivo, la desconfianza en la información que existe.

Robinson López hace un llamado a que más Fintech se unan a su proyecto, pues considera que se puede generar un ecosistema muy importante en torno al pequeño agricultor.

El viaje que estamos haciendo hoy lo tiene que hacer una entidad financiera para corroborar que el campo está bien, para corroborar que efectivamente el agricultor puede producir, etc. Ese costo operativo, se lo cargan al agricultor en un crédito, por ejemplo”, explica Robinson.

Aquí es donde Agros entra a tallar. La startup creada por Robinson López y Hugo Piñarreta busca reducir esos costos operativos de las financieras, los compradores y los supermercados haciendo que la información sea accesible.

Estamos creando un portal donde, por ejemplo, si Supermercado Peruanos quiere buscar nuevos proveedores de mango, encontrará la lista de agricultores que cosechan, fotos de su campo, de la producción, la historia del dueño, el metraje, etc. Y podrá contactarlos directamente, sin hacer un viaje. Buscamos generar confianza”, explica.

De ahí se entiende que lo primero que hacen, una vez que un agricultor se afilia a Agros, es entregarle su pasaporte Agros (fotocheck).

Y eso no es todo. Desde la semana pasada están enviando a los agricultores notificaciones climáticas para que puedan tomar acciones de cara a sus cultivos.

O alertas sobre cómo van variando los precios en Lima, para que sepan a cómo vender. Agros también cuenta con una central telefónica gratuita 080056108, donde recibe consultas, dudas, solicitud de información, etc.

La información sobre los cultivos que existen en la finca de los Urbina ya está en línea y cualquier comprador interesado puede acceder a ella.

El agricultor no paga absolutamente nada por estos servicios, el negocio de Agros está en la interacción con los otros actores: compradores, financieras, etc. Hoy, la empresa de López ya cuenta con 500 agricultores afiliados.

La historia detrás de Agros, una empresa del Bicentenario

La bisabuela de Robinson López tenía unos campos cerca a Salitral. Cuando ella falleció, las tierras llegaron a él. Cuenta el piurano que algo que le chocó bastante fue ver que la casa de caña que visitó hace 25 años cuando era un niño estaba exactamente igual a cómo luce en una foto que guarda de aquella época.

«Nosotros teníamos otra startup que comercializaba tecnología a las grandes industrias agrícolas. Y después de lo que vi [en referencia a la casa de su bisabuela] le dije a mi socio, Hugo Piñarreta: aquí no estamos cambiando la vida a nadie”, cuenta.

Robinson López acaba de reunirse con el presidente Francisco Sagasti por su nominación en el MIT. El piurano es uno de los innovadores más prometedores de toda Latinoamérica.

Así fue como decidieron liquidar una empresa que ya se había expandido a Chile, Colombia y Ecuador para crear Agros en enero del 2019 y se convirtieron en emprendedores con propósito que usan el poder de la tecnología y los negocios para «Erradicar la desconfianza en el espacio rural»

Durante seis meses, nos hemos involucrado de cerca con los agricultores, a tal punto que hemos dormido en el campo por varios meses, para vivir en carne propia los desafíos que enfrentan a diario”, indica.

Con este conocimiento real de la problemática, Robinson López y su socio Hugo Piñarreta postularon a diferentes concursos para recaudar fondos. En el 2019, ganaron el Innovation Challenge del MIT -considerada la mejor universidad del mundo- y recibieron 250 mil dólares de premio.

Hace poco, Robinson fue escogido por la misma entidad como uno de los visionarios más importantes de Latinoamérica menores de 31 años.

Por ese reconocimiento, este jueves 9 de diciembre fue recibido por el presidente Francisco Sagasti.

«Hemos podido  llevar la voz del agricultor familiar a Palacio de Gobierno y compartir con el Presidente Francisco Sagasti, el gran esfuerzo que realizan nuestros héroes de la alimentación y nuestra propuesta tecnológica para trabajar juntos e impactar la vida de los 2.2 Millones de Agricultores peruanos«, afirmó emocionado.

La aparición de un burrito que carga varios kilos de mango maduro nos indica que ya estamos de vuelta a la cabañita donde Don Manuel continúa etiquetando las jabas. Lo hace con paciencia, contando anécdotas, haciendo bromas. Ha separado una para nosotros. “Regresen cuando quieran con sus familias”, nos dice y se despide.