Machu Picchu es el destino turístico bandera del Perú: en diciembre obtuvo —por quinta vez— el trofeo como Mejor Atracción Turística Líder del Mundo 2022 en la edición global de los World Travel Awards (WTA), conocidos como los premios Óscar del turismo mundial.
Sin embargo, la ciudadela incaica y la red caminos del inca cerraron sus puertas a los turistas desde el 21 de enero por la ola de violentas protestas que azota el sur del país, y no se ha fijado fecha exacta para el retorno a la normalidad, según informó la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) Cusco.
La misma entidad explicó que los turistas que hayan adquirido sus boletos de ingreso podrán utilizarlos hasta un mes después de concluidas las protestas o, de lo contrario, se brindarán las facilidades para la devolución de lo pagado por el ingreso a Machu Picchu.
El panorama es desolador para el lugar más visitado de Latinoamérica: las calles del pueblo se encuentran vacías, no hay ningún tipo de comercio e implementarán una olla común para todo el distrito.
Esto porque las ganancias se redujeron de 3 millones de soles diarios a cero, según informa el gerente regional de Comercio Exterior, Turismo y Artesanía, Abel Matto Leiva.
Alerta roja para diversos sectores
A inicios de año, el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Luis Fernando Helguero, señaló que, aunque la imagen del Perú ha sido fuertemente dañada por las protestas de diciembre último y enero; para el año 2023, se esperaba la llegada de 2,5 millones de turistas internacionales.
Según la Estrategia Nacional de Reactivación del Sector Turismo 2022-2025, esta cifra iba a representar un crecimiento de +26% en comparación a lo alcanzado en el 2022 (2 millones de turistas). Sin embargo, todo esto se ha visto paralizado por la violencia presente en Cusco.
Al cierre de Machu Picchu son tres los sectores principalmente afectados: turismo, gastronómico y comercio. Según la Cámara de Comercio la región, la ciudad imperial ha perdido más de S/ 40 millones por protestas a lo que va del año y esto aumentará por el cese de actividades.
Turistas «atrapados» en la ciudadela
Ante el daño de la vía férrea Urubamba-Ollantaytambo-Machu Picchu durante las protestas antigubernamentales del 19 de enero, se suspendieron los servicios de trenes hasta nuevo aviso.
Debido a ello, un total de 418 turistas se encontraban inmovilizados en Machu Picchu, de los cuales 148 eran extranjeros, pero el 21 de enero fueron evacuados, según explicó Helguero.
La operación de traslado se logró gracias a un trabajo coordinado por parte de todos los integrantes de la Red de Protección al Turista —Mincetur, la Gerencia de Comercio Exterior y Turismo de Cusco (Gercetur), la Policía Nacional, PromPerú, y gremios turísticos de la región Cusco—.
“Agradezco el trabajo coordinado de los sectores público y privado para lograr la identificación, ubicación y confirmación del estado de salud de las personas aisladas. La Red de Protección al Turista suma esfuerzos para este traslado seguro”, resaltó el ministro de Comercio Exterior y Turismo.