La selección peruana de fútbol cerró su participación mundial en Rusia 2018 con una victoria frente a Australia. La afición ha dado todo de sí y el optimismo, a pesar de quedar eliminados, ha llamado la atención a todo el mundo.
Pero ¿qué pasaría si se hiciera un análisis desde el punto de vista empresarial? Probablemente los números fríos no serían tan favorables con la blanquirroja.
No hay lugar para pasiones una empresa y por ello es bueno hacer un análisis del que aprendamos todos.
Para resumirlo en pocas palabras: La participación de Perú en el mundial ha sido un fracaso empresarial. Haciendo un análisis post mortem, veremos por qué.
1. El resultado es el que importa, no el esfuerzo.
El mundo empresarial se rige por resultados. Una empresa exige resultados a sus trabajadores y estos tienen que alcanzar la meta. El esfuerzo por conseguirlos dependerá de las habilidades de gerentes y empleados. Pero no cuenta a la hora de la evaluación.
La empresa no es una universidad o un colegio, mucho menos una selección de fútbol. Si no llega a la meta, la empresa pierde dinero. El esfuerzo vale, pero no resiste el menor análisis si el resultado es negativo. Un trabajador que no llega a su meta a fin de trimestre, probablemente tendrá que ser dejado de lado.
Aunque la selección llegó a la meta de llegar a un Mundial después de 36 años, el siguiente paso a conseguir era pasar a octavos. Y no lo logramos. Las circunstancias, el esfuerzo, el empeño no fue suficiente. Es un fracaso, así de simple. Un fracaso del que hay que aprender, pero fracaso a fin de cuentas.
Juan Carlos Oblitas, gerente deportivo de la FPF, ante la pregunta de si la selección merecía un homenaje a su vuelta: «Tenemos que acostumbrarnos a celebrar victorias, no derrotas». No puede tener más razón.
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2. El personal idóneo
Imagínese si tiene que cerrar un contrato con un cliente grande. Las negociaciones van por buen camino y las posibilidades de que la empresa crezca internacionalmente dependen de ese gran paso. Pero en la última negociación, a punto de firmar, el encargado la pifia y el cliente se espanta y se va.
Eso es un penal errado.
En el mundo empresarial, como en el fútbol, esos errores no se pueden cometer. El futuro de la empresa está en juego y un error grosero le cuesta el puesto a ese trabajador que lo ha tenido todo para ganar.
Las ventanas de oportunidad son muy cortas en los negocios y hay que saber aprovecharlas.
3. El ejecutivo estrella
Tu ejecutivo estrella tiene un juicio que le cuesta una ausencia de seis meses. ¿Podría volver a la empresa? Si la respuesta es positiva ¿tendría cabida en las decisiones más importantes de la misma? Creemos que no.
El caso de Paolo Guerrero es como para estudiarlo en una escuela de negocios. El análisis de toma de decisiones es muy complejo y la realidad termina dándonos la razón.
4. El gerente
Después de conseguir un crecimiento espectacular, la empresa se estanca al dar el salto internacional. ¿Se debe mantener al gerente que logró dar el salto, pero que no ha logrado los objetivos propuestos?
De igual modo, dicho gerente es querido por sus trabajadores, pero ya está siendo tentado por otras multinacionales de mejor perfil que la empresa y su contrato vence en un mes. ¿Cuáles serán las negociaciones que tendremos?
Ricardo Gareca nos llevó al mundial, pero no consiguió pasar a octavos. En una empresa, las decisiones tendrían que ser analizadas con más cuidado antes de hablar de una renovación de contrato con demasiado tiempo.
En resumen, las decisiones en el fútbol son muy parecidas a las de una empresa. Pero muchas veces la pasión por el deporte pueden cegar demasiado a los hinchas y al público en general. Si tomáramos las cosas con otro enfoque probablemente los resultados obtenidos hubiesen sido mejores.