Según el presidente Javier Milei, Argentina registró un superávit fiscal trimestral del 0,2% del Producto Interno Bruto al inicio del 2024, marcando su tercer mes consecutivo con superávit en marzo.
Asimismo, aseguró su compromiso con la austeridad y resaltó que la inflación es un robo y el déficit fiscal es su causa. En respuesta, los bonos argentinos han experimentado un notable aumento en su valoración, liderando las ganancias en los mercados emergentes conforme los inversores anticipaban el pronunciamiento de Milei.
Primer trimestre
Respecto al resultado del primer trimestre del año, el superávit fiscal acumulado alcanzó los 3.8 billones de pesos, que son equivalentes a 3,959 millones de euros, representando el 0,6% del PIB. Asimismo, el resultado financiero, tras el pago de intereses de la deuda, fue positivo en 1.13 billones de pesos, equivalente al 0,2% del PIB, algo que no se alcanzaba desde 2008.
Washington López, CEO de Washington Capital, explica que este logro se debe en gran medida al efecto de «motosierra» y «licuadora» propuesto por Milei, que implica recortes netos de gastos y un crecimiento de los mismos a tasas inferiores a la inflación, lo cual alcanzó un 287,9% interanual en marzo, resultando en una disminución en términos reales.
El enfoque de Milei
El enfoque de Milei para lograr este superávit primario encendió las alarmas del Fondo Monetario Internacional sobre el programa. Además de los recortes, Milei aplicó un «torniquete» a las provincias, eliminando casi por completo las transferencias discrecionales, así como suprimiendo la obra pública y reduciendo los gastos en programas sociales en casi un 60% con respecto a enero de 2023.
Respecto a este panorama, las principales causas fueron la baja de recursos destinados a programas como Potenciar Trabajo (97%) y las beca Progresar, además de la reducción del 32.5% en jubilaciones y del 53.3% en resto de provincias debido al descenso del 11% en las transferencias automáticas y 98% de las no automáticas.
Sostenibilidad en los próximos meses
Sin embargo, continúan las interrogantes sobre la sostenibilidad del superávit fiscal en los próximos meses, especialmente si la tendencia a la baja en la recaudación de impuestos continúa en un entorno recesivo.
Asimismo, López señala que los 625,034 millones de dólares dejados en la cuenta fiscal de marzo representan una reducción del 50% respecto a febrero y un 69% menos que en enero. Además, destaca la necesidad de abordar el pago pendiente de deudas, particularmente con el sistema de generación y transporte eléctrico, que ya asciende a 2,000 millones de dólares.
A largo plazo, la viabilidad del superávit fiscal dependerá de reformas económicas significativas y de una recuperación en la actividad económica. El éxito de estas reformas será clave para mantener el equilibrio fiscal sin depender exclusivamente de medidas de austeridad que podrían resultar políticamente insostenibles y socialmente perjudiciales.
