Agricultura

MIDIS promueve la producción de fertilizantes orgánicos en Trujillo

El proyecto Haku Wiñay, capacita y brinda asistencia técnica a hogares rurales para elaborar y vender abonos orgánicos. El programa también se desarrolla en otras ciudades del país.
Por Valeria Olguín Rodríguez
3 minutos

Unos 8,271 hogares de zonas rurales de Trujillo, fueron capacitados en la producción de fertilizantes orgánicos, mediante el proyecto Haku Wiñay/Noa Jayatai (Vamos a crecer) organizado por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).

Esta iniciativa, que se realiza a nivel nacional, forma parte del programa Foncodes, y consiste en la capacitación a ciudadanos del agro, sobre el compost, biol, bocashi y humus, abonos orgánicos que se utilizan con gran éxito. Todo ello con el fin de sostener la agricultura familiar y responder a la demanda de fertilizantes de los pequeños y medianos agricultores en la sierra y selva del país.

Desde el 2019 hasta la fecha, el total de hogares productores a nivel nacional es de 141,298. La cifra corresponde al número de familias ubicadas en comunidades rurales de las unidades territoriales de Foncodes. Algunas de las ciudades en las que se encuentran y concentran la mayor cantidad de productores son Puno, Cajamarca, Ayacucho, Huancavelica y Huánuco.

Los hogares usuarios del programa han adquirido habilidades y técnicas gracias a la asistencia de especialistas y maestros del campo llamados yachachiq. Es así que ahora están en capacidad de producir fertilizantes orgánicos y enriquecer los huertos y campos agrícolas de siembra de granos, tubérculos, hortalizas y frutas.

Asimismo, la tendencia al uso de lo natural y orgánico ha incrementado la demanda de estos productos cultivados, libres de fertilizantes químicos. De esta forma, las familias usuarias generan ingresos para dinamizar la economía rural.

Otros beneficios del programa

El proyecto Haku Wiñay ha impulsado, a través del financiamiento y la asistencia técnica, emprendimientos rurales inclusivos dedicados a la producción y venta de abonos orgánicos. Las comunidades rurales con alta demanda, en las que se puso en marcha esta actividad, están en los departamentos de Ayacucho, Cajamarca, Amazonas, Lambayeque, Ica, Iquitos, Junín, Lima, Moquegua, Piura, Puno y Tacna. 

Ejemplo de ello es el caso de Las Ecológicas y Tierra Fértil, emprendimientos piuranos integrados exclusivamente por mujeres. Ellas producen y comercializan con éxito el compost y humus a las empresas agroindustriales del Bajo Piura.

Sobre los fertilizantes

Foncodes, programa que gestiona estos proyectos, promueve más emprendimientos rentables enfocado en abonos orgánicos. Uno de esos fertilizantes es el compost, que es obtenido mediante la descomposición del estiércol y su mezcla con residuos vegetales y otros ingredientes orgánicos. Este abono aumenta el contenido de nitrógeno, fósforo y potasio del suelo por más tiempo y permite al suelo retener mejor el agua.

Además, está el biol, un abono preparado con estiércol fresco y otros componentes orgánicos que son fermentados en recipientes herméticamente cerrados. Se aplica al follaje (hojas y tallos). Ello las protege contra algunas plagas y enfermedades, estimulando su crecimiento.

Cabe destacar al humus de lombriz por su alta calidad. Este fertilizante es el producto de la digestión de materia orgánica (compost, estiércol descompuesto, vegetales) por las lombrices. El humus aporta nitrógeno, fósforo y potasio.