Pese a que el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil oficializó como ganador al candidato del Partido de los Trabajadores, Lula da Silva, el actual mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, aún no reconoce su derota tras la segunda vuelta electoral en ese país.
El secretario de Bolsonaro comunicó a sus ministros que el presidente se había ido a dormir luego de conocer los resultados de las elecciones presidenciales.
A diferencia de Bolsonaro, sus aliados sí han reconocido la victoria de Lula da Silva. Es el caso del presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, quien señaló: “La voluntad de la mayoría manifestada en las urnas nunca debe ser impugnada y avanzaremos en la construcción de un país soberano, justo y menos desigual”.
A él se suma, Sergio Moro, el exministro de Bolsonaro y artífice de la condena por corrupción contra el ahora presidente Lula da Silva, quien informó vía Twitter:
“El resultado de unas elecciones no puede ser superior la responsabilidad que tenemos con Brasil. Trabajemos por la unión de los que quieren el bien del país”.
El hijo mayor de Jair Bolsonaro y actual senador, Flavio Bolsonaro, es el único integrante de la familia que se ha pronunciado al respecto: “¡Vamos a erguir la cabeza y no vamos a desistir de nuestro Brasil! ¡Dios al cargo!”, expresó.
Bolsonaro ya adelantaba que no reconocería su derrota
Durante la campaña el presidente Bolsonaro señaló que el sistema electoral no era confiable, por lo que existen dudas legítimas sobre si aceptará la derrota. Según la periodista Nathalia Passarinho, de BBC Brasil, el mandatario acusó en más de 100 ocasiones que el sistema electoral electrónico no era confiable.
«Durante la campaña y a lo largo de su gobierno, Bolsonaro dijo más de 100 veces, sin presentar pruebas, que el sistema electoral no era confiable«.
A esto se suma las declaraciones donde señaló que solo dejaría el poder de tres formas: «Salgo preso, muerto o con una victoria».
