Gap, la empresa estadounidense de distribución de moda, anunció pérdidas en 2022 y pronosticó ventas para todo el año por debajo de las previsiones de Wall Street, lo que indica una caída en la demanda de su ropa como consecuencia de la inflación. Además, la firma anunció un nuevo programa de ajustes y despidos.
En el último ejercicio, finalizado el 28 de enero de este año, la compañía perdió US$ 202 millones. Gap facturó US$ 15.616 millones, lo que supone un descenso del 6% respecto a los US$ 16.670 millones del año anterior.
Esto después del pobre desempeño de las dos principales filiales de la cadena, que vieron mermadas sus ventas:
- Old Navy facturó US$ 8.234 millones, lo que implica una reducción del 9,3%.
- Gap comercializó prendas por US$ 3.774 millones, un 7,1% menos.
- Banana Republic mejoró un 7,1% sus ventas, hasta los US$ 2.116 millones.
- Athleta las incrementó un 2,3%, hasta los US$ 1.480 millones.
Las ventas online de GAP se redujeron un 7% y continuaron minimizando su cuota en la facturación, hasta el 38%. Por su parte, las ventas en tienda retrocedieron un 6%. La compañía cerró el 2022 con 3.352 tiendas en cuarenta mercados, de las cuales 2.685 son operadas directamente por Gap.
Además, la empresa anunció una serie de cambios ejecutivos, entre ellos la eliminación de la función de director de crecimiento, que ocupaba Asheesh Saksena, y la salida de la directora ejecutiva de Athleta, Mary Beth Laughton.
La compañía ha tenido un año difícil al lidiar con numerosas pérdidas netas, niveles de inventario inflados y la búsqueda de un CEO permanente.
Durante una llamada de ganancias con inversionistas, el director ejecutivo interino de Gap, Bob Martin, dijo que la junta ha reducido su búsqueda y que el próximo director ejecutivo será un candidato externo.
Poniendo ya el foco de atención sobre la nueva reestructuración anunciada por la compañía, tras el plan de ajuste de 250 millones de dólares anuales anunciado durante el tercer trimestre del ejercicio de 2022, desde el Grupo Gap han comunicado que la compañía se dispone a implementar un nuevo proceso de ajuste, destinado a lograr reducir gastos y generar un ahorro anual de otros 300 millones de dólares.
Esperan conseguir una reducción de costes del 50% durante la segunda mitad de este nuevo ejercicio y contemplan una serie de gastos extraordinarios por cuestión de indemnizaciones por despido y otros costes relacionados con la implementación de este nuevo programa de reestructuración.
