En las últimas semanas se ha observado que los precios tanto del maíz como del trigo han tenido importantes correcciones a la baja, llegando a encontrarse 23% y 41%, respectivamente por debajo de sus máximos alcanzados de manera reciente.
De esta manera, el precio del maíz pasó de US$ 8.3 el bushel (bu.) en mayo a US$ 6.2 por bu. en agosto, mientras que el trigo pasó de US$ 12.8 por bu. a US$ 7.5 por bu. durante el mismo periodo.
Caen precios pero se asoman riesgos
Esta caída sostenida en los precios de los denominados soft commodities se debe al mejor panorama de la producción global desde las semanas posteriores a la invasión rusa. No obstante, las amenazas de sequia, inundaciones y altas temperaturas empiezan a encender las alarmas.
Algunos de los principales productores como Estados Unidos, Brasil y Argentina han tenido que hacer frente a problemas de rendimiento en los últimos años por las altas temperaturas.
Este problema, llevo a que la producción mundial de maíz y soja en la temporada 2021-2022 no alcanzara las previsiones iniciales de 45 millones de toneladas estimadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
Por otro lado, en el país asiático de la India, las temperaturas ascendieron al nivel más alto desde que se tienen registros (1901), complicando el periodo de mayor producción. Esto generó que las autoridades prohíban las exportaciones de trigo en mayo para salvaguardar el suministro interno y el nivel de precios.
Perspectivas
Las proyecciones que realizan las diversas entidades, para la temporada 2022-2023, son casi homogéneas. Por un lado, de acuerdo a la Comisión Europea, las altas temperaturas podrían reducir la cosecha de granos del bloque económico en un 5% con respecto a la temporada pasada.
Según algunos analistas agrícolas, las situación resulta aún más crítica, ya que, incluso si se producen lluvias, podría ser demasiado tarde para obtener buenos rendimientos en las cosechas de maíz.
Por otro lado, la USDA estima un récord en soya para las próximas cosechas de este año y el 2023, mientras que en el caso del maíz y el trigo, espera que la producción sea de 14400 millones de bushel, un 5% menor que la campaña anterior.
De acuerdo a los especialistas, para que los futuros -precios que se pactan hoy en contratos estandarizados que se realizan después de un periodo- de las cotizaciones de estos granos regresen a niveles de años anteriores, ambos hemisferios necesitarían cosechas consecutivas abundantes.
Por último, en lo que respecta a Sudamérica, el fenómeno de La Niña podría perjudicar los cultivos de los grandes productores del hemisferio sur (Argentina y Brasil), haciendo que sea menos probable que se den en simultaneo buenas temporadas en ambos hemisferios este año.