¿En qué medida impacta la educación financiera en las finanzas personales de los jóvenes? ¿Les ayudará a desarrollar habilidades para gestionar apropiadamente los riesgos financieros, prosperidad y previsión social? ¿Tomarán mejores decisiones y de calidad, que contribuyan a su bienestar financiero?, surgen varias preguntas cuando nos referimos a la educación financiera y especialmente en los jóvenes, probablemente futuros jefes de hogar y familia.
De acuerdo a un último estudio de Equifax Perú (2020), los peruanos mantuvieron una deuda morosa de S/33,543 millones, un 4.2% más alta que el 2019, situación que se ha acrecentado por la pandemia el COVID-19, se estima que hay 6.8 millones de personas con deudas morosas, principalmente en tarjetas de crédito y préstamos personales.
El grupo de personas que presentan mayores dificultades para pagar sus deudas a tiempo, por tarjetas de créditos y créditos personales, son los más jóvenes y las personas con estilo de vida conservador. (Equifax, 2018).
En ese contexto y contrariamente los individuos y las empresas constantemente toman decisiones financieras orientadas a la optimización de los recursos con la finalidad de generar rentabilidad. En el manejo práctico existe una connotada diferencia entre las finanzas empresariales y las finanzas personales. (Carangui; Garbay & Valencia, 2017).
Así, la educación financiera puede ser definida como el proceso por el cual los consumidores e inversionistas mejoran su comprensión de los productos financieros, los conceptos y los riesgos, y a través de información, instrucción y/o el asesoramiento objetivo, desarrollan las habilidades y la confianza para estar conscientes de los riesgos y oportunidades financieras, tomar decisiones informadas, saber dónde acudir para obtener ayuda y ejercer otras medidas eficaces para mejorar su bienestar financiero y su protección. (OCDE, 2005, p.118)
Beneficios de la educación Financiera
Entender las finanzas y los conceptos que esta implica es fundamental, para obtener la estabilidad económica que cada persona debería poseer; es por ello por lo que la educación financiera debería impartirse desde una edad temprana porque en este periodo el cerebro retiene más información. (Chan & Hernández, 2022).
En ese sentido es importante creer y crear la planificación financiera ya que permite al individuo tener posibilidades de alcanzar sus sueños en el corto, mediano y largo plazo, de lo contrario la administración errónea de los recursos económicos, trae consecuencias desestabilizadoras a las finanzas de los individuos, (Tyson, 2008)
El conocimiento de aspecto financieros contribuye a los individuos en la toma de sus decisiones, la carencia de estos conocimientos genera el analfabetismo financiero y a su vez impide el desarrollo financiero de las personas y como efecto multiplicador el alcance es a las finanzas familiares y a la economía de las localidades. (Carangui; Garbay & Valencia, 2017).
¿Por qué es importante la educación financiera en los jóvenes?
La percepción general es que no ha habido la adecuada preocupación sobre educación financiera, existiendo una gran debilidad y ausencia en políticas y programas pertinentes, como ha sido destacado por diferentes estudiosos y entidades, (R. Kiyosaki, C Trivelli, OCDE, IEP,BCP, Diarios Gestión y El Comercio) (Eyzaguirre; Isasi & Raicovi, 2016, p.11).
Por lo que educar especialmente a los jóvenes, sobre el valor del dinero, planificación financiera, instrumentos financieros, rentabilidad financiera, ahorro, entre otros conceptos, les servirá para el buen manejo de sus finanzas personales, desarrollo de habilidades para gestionar apropiadamente los riesgos financieros, prosperidad y previsión social en su vida, en consecuencia, tomar mejores decisiones que ayuden en su bienestar financiero, que mejor que la promoción de la educación financiera en edad más temprana, generando concienciación y administración adecuada en la prosperidad financiera, que en un futuro inmediato va repercutir en la familia y en la sociedad en general.
Tal es así que la educación financiera como proceso de desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes, impactaría en el bienestar financiero, especialmente de los jóvenes, y para ello es necesario implementar estrategias en diferentes contextos de sus finanzas personales, desde su accionar ético hasta, lograr entendimiento en lo provechoso que les significaría.