Emprendimientos

Coffe Art: La cafetería que venció el calor de Tumbes

¿Vender café en una ciudad con 30 grados de calor casi todo el año? "Estaba convencido del reto que iba a asumir", recuerda Aldair Saldarriaga, dueño de Coffe Art. Aquí su historia.
Por Miguel Calle Infante
4 minutos

A muy corta edad, Aldair Saldarriaga se mudó a Lima. Antes de cumplir su sueño de ser barista, catador y emprendedor, se dedicó a trabajar en lo menos pensado, desde obrero hasta impulsador.

En esa trayectoria laboral ingresó a trabajar a la panadería Torre Tagle. Aquí su labor era atención al cliente y, mientras aprendía siendo mesero, ahorraba para pagar sus estudios en un centro de idiomas.

Dentro de la panadería aprendió las técnicas de los mejores meseros. En poco tiempo dominada la habilidad de llevar tazas, servir platos y otras maniobras que se aprende en este oficio.

Se graduó como docente de inglés y en su trabajo de mesero le iba muy bien.

Cierto día, el dueño de Torre Tagle les comentó a sus trabajadores que deseaba reformar su modelo de negocio. Así que contrató a un experto para que capacite a su personal en la preparación de diversos tipos de café.

La panadería tuvo su primera máquina italiana de café de tres grupos y Aldair se convirtió en uno de sus primeros expertos en dominar el arte de preparar y servir los mejores granos tostados.

«El aroma y sabor del café me habían enganchado; por eso decidí especializarme en el Team Barista Perú», recuerda.

Aldair le cuenta a Infomercado que los cursos le sirvieron para perfeccionar su técnica. Al inicio aprendió lo básico del Latte Art, es decir, formar corazones, cisnes o tulipanes.

Con el transcurso del tiempo, Aldair adquirió mucha experiencia y ya dominaba diversas técnicas. Además, se volvió catador y docente de la escuela donde estudió.

Las batallas de baristas también formó parte de su experiencia en el rubro. A nivel nacional, fue uno de los mejores representantes del Latte Art.

Algunas de las creaciones cafeteras de Aldair Saldarriaga.

Llamado de la tierra

Todo iba encaminado en la vida de Aldair; pero, recibió el llamado de su tierra, un aroma de la frontera lo llamaba: su madre, al otro lado de la línea, le proponía invertir en un negocio propio.

Una primera opción era montar una cafetería en Lima, pero la competencia y el posicionamiento iba a ser muy costoso. Luego de analizar los pro y contra, y con la opinión de los expertos del Team Barista, Aldair se decidió de iniciar su negocio del café en Tumbes.

Pero, ¿vender café en una ciudad con 30 grados de calor casi todo el año? «Estaba convencido del reto que iba a asumir», recuerda Aldair.

En mayo de 2019, Coffee Art abrió sus puertas en Tumbes. Aunque no todo fue con viento en popa.

«Todo fue un desastre, una mala estrategia, El primer local estaba muy mal ubicado, en un segundo piso, en un lugar “muerto”, recuerda Aldair y añade que «pensar como limeño fue un error, ya que en Lima sí tienen la costumbre de subir escaleras, sentarse en una mesa y degustar café»

Esta mala decisión le costaron hasta lágrimas. Ese local solo funcionó un mes y tuvo que replantear el lugar de atención. Pero, la segunda vez, nuevamente erró en la decisión y se replanteó seriamente la decisión de emprender.

Desanimado, confundido y con ganas de volver a Lima, Aldair decidió reflexionar sobre el futuro de Coffee Art. Sus padres le insistieron en que continúe la idea.

Una mañana, Aldair salió a correr por la plaza de armas y se percató de un cartel: «Se alquila”. No dudó y llamo en seguida al número que aparecía en el armatoste.

Sin dinero, con deudas pero con ganas de seguir avanzando, Aldair logra alquilar el local. Retoma su idea tostando café. «Era una atención a medias porque la puerta solo se abría a la mitad», recuerda.

El aroma del café atrajo a los amantes de esta delicia. Los «cafeteros» iban llegando poco a poco. Creó su cuenta en Facebook e Instagram y su comunidad fue creciendo.

Coffee Art comenzó a posicionarse en Tumbes. Las filas por degustar café fueron creciendo. Aldair aprovechó para ofrecer otros productos como tragos con café. «Incluso, algunos clientes hacían ‘sus previos’ con tragos de café», afirma Aldair.

Un genio con aroma a café. Aldair, otro genio con el arte en las manos.

Pandemia

La pandemia mató el café”, sentencia Aldair pues tuvo que cerrar el negocio y se vio obligado a incursionar en el delivery.

Ya no vendía café sino postres. «Tuve que aprender a cocinar y manejar moto para dejar los pedidos», señala.

Sin embargo, los cafeteros ansiaban el regreso de Coffee Art y Aldair lo sabía, así que se presentó la propuesta de llegar al primer mall de Tumbes y se concretó: «los encargados del mall se quedaron sorprendidos con la preparación y el diseño de las tazas de café».

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