Entrevistas

William Rivera: «La vigilancia ambiental indica que la bahía de Sechura está sana»

Dentro de la campaña “Vigilancia Ambiental”, se recorrieron 65 concesiones acuícolas ubicadas en Barrancos, Las Delicias, Vichayo, Matacaballo y Chulliyachi; quedando pendiente Parachique y Puerto Rico. William Rivera, director del CITE Pesquero Piura, nos confirmó que hoy existen 13 mil hectáreas de conchas de abanico en la región.
Por César Flores Córdova Publicado: Últ. actualización: 15 febrero, 2022 08:50
5 minutos

Dentro de la campaña “Vigilancia Ambiental”, el CITE Pesquero en Piura han recorrido 65 concesiones acuícolas, en las áreas de producción de Barrancos, Las Delicias, Vichayo, Matacaballo y Chulliyachi; quedando pendiente para los próximos días las zonas de Parachique y Puerto Rico. ¿Cuál es la situación de la maricultura en la región?

Dialogamos con William Rivera, director del CITE Pesquero Piura, para que nos brinde más alcances de la realidad productora de la bahía de Sechura,

¿Qué implica la «vigilancia ambiental» de la bahía de Sechura?

Tenemos tres especies bandera en acuicultura: el langostino, la concha de abanico y la trucha. Otras especies vienen creciendo como el paiche y la tilapia. La Bahía de Sechura representa el 80% de la producción nacional de conchas de abanico y su cadena de valor tiene alto impacto en el ambiente. De este producto se exporta el 95% y es un motor económico desarrollada en base a la organizaciones sociales de pescadores artesanales…

Por ello existen unos valores permitidos para la extracción…

Cuando un pescador artesanal tiene una concesión, en el marco de sus compromisos ambientales, cada seis meses debe presentar un informe al Ministerio de la Producción (Produce), donde se asegura que su producción cumple ciertos parámetros como: oxígeno, temperatura, salinidad, transparencia, PH, demanda bioquímica de oxígenos, nitritos, fosfatos, granulometría, sedimento marinos, coliformes fecales. Estos son una serie de indicadores para determinar si la concha de abanico está teniendo impacto sobre el medio ambiente. Por el momento, los resultados indican que no hay impacto negativo, es decir, la bahía está sana.

¿Esta medición también lo exige el mercado internacional?

Los mercados internacionales piden cumplimiento de la normativa. La bahía de Sechura es rica porque hay dos corrientes marinas y genera un ecosistema muy rico. Por lo general, los moluscos y valvas son considerados alimentos de alto riesgo porque son filtradores y consumen lo que hay en el mar. Entonces, el mercado de las conchas de abanico es muy exigente y exigen el cumplimiento de los componentes sanitarios y ambientales. Se tiene que producir siendo amigable con el medio ambiente y, de esa manera, tener una producción sostenible. La norma peruana indica que los productores peruanos deben tener control y medición de los parámetros ambientales para ver si se afecta o no. Como CITE Pesquero apoyamos al cumplimiento de esos compromisos asumidos ante el estado al asumir la concesión.

Vigilancia ambiental realizada por el CITE Pesquero en Sechura.

¿Cuántas hectáreas de conchas de abanico se producen hoy?

Existen 13 mil hectáreas y 224 organizaciones sociales -cerca de 4500 productores – que se dedican al cultivo de este producto. Perú es un jugador importante porque es el tercer productor mundial, después de China y Japón. En ese sentido, buscamos mejorar la producción y la competitividad.

El 2021 visitamos la bahía y los productores mostraron su preocupación porque los últimos años descendió la producción…

El 2016, la bahía de Sechura se ‘desenlistó’ de la Unión Europea, pero eso se ha recuperado. El 2019 y 2020 han sido años buenos en producción y se espera que el 2022 sea un año similar. Se está trabajando para que la salida del agua dulce no afecte la bahía.

A los intermediarios, ¿es viable suprimirlos?

Sí, claro. El modelo de negocio en Sechura es que el productor vende en playa a un comprador (exportador) que conoce el mercado y los requerimientos. En el CITE Pesquero tenemos un programa llamado Cadena de Valor, para que los productores lleguen a los mercados directamente. Podemos contarles un caso de éxito entre un productor sechurano que ya exportó dos contenedores directamente a una empresa española. Hay que recordar que la producción de concha de abanico es una actividad de alto riesgo porque se puede ver afectada por alguna circunstancia de la naturaleza y, además, se espera 14 meses para la cosecha.

¿Cuál es su precio en el mercado internacional y qué países tiene como destino?

Su precio es fluctuante Hasta hace poco cayó a US$ 7 por kilo; ahora se ha recuperado en US$ 15, en promedio. El gran mercado es Francia. Luego, España, Estados Unidos, Canadá y Chile.

Perú es el tercer productor mundial de concha de abanico.

¿Alguna región amenaza la producción de Sechura?

Sechura produce casi el 80%. Le sigue Ancash (Casma y Chimbote) con casi un 20%; finalmente, Ica. Más que hacer sombra dentro del país, la competencia está afuera. Francia y Canadá también producen conchas de abanico; en Chile también, pero hoy no es competencia para Perú. Por eso, se hace arduo el trabajo de cuidar y cumplir las obligaciones sanitarias y medio ambientales.

Han introducido innovación tecnológico, ¿cómo avanza el proyecto del robot?

Hemos ganado fondos concursables para crear un robot submarino. Hay que recordar que, en Sechura, el trabajo se hace con buzos, de forma artesanal, y estas personas corren ciertos peligros con su vida cuando se sumergen al fondo de la bahía. Ese trabajo se quiere reemplazar con un robot submarino para que, con sus cámaras de alta definición, reconozca y haga un mapeo del fondo del mar. Este robot enviará un informe de las condiciones de la siembra a una plataforma tecnológica que cada maricultor podrá revisar ingresando con su propio usuario y contraseña. Llevamos tres meses de trabajo y el proyecto dura 18 meses. Tenemos un prototipo de alta tecnología que ya se usa en Escocia e Inglaterra.