En una presentación ante la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), Petroperú reveló sus resultados financieros correspondientes al tercer trimestre de 2023, evidenciando una preocupante profundización de la crisis que la compañía ha enfrentado durante más de un año.
Hasta el cierre de septiembre, Petroperú acumula una pérdida neta de US$ 530 millones, marcando un drástico agravamiento en comparación con los periodos similares de 2022 y 2021, cuando las pérdidas fueron de US$ 60.9 millones y US$38.3 millones, respectivamente. Esta tendencia desfavorable se refleja en el retroceso de indicadores clave, incluyendo una utilidad bruta de -US$ 188.5 millones, un EBITDA de -US$ 223 millones y un desempeño históricamente bajo en el capital de trabajo.
Como se recuerda, el año pasado, la petrolera se vio obligada a recurrir a repetidos rescates financieros debido a la falta de capital de trabajo, ocasionando escasez de productos como nafta, gasolinas y diésel. En ese momento, el déficit de capital de trabajo alcanzó un mínimo de S/1,389 millones.
Justificación de Petroperú
Según Petroperú, el creciente endeudamiento con financiadores y proveedores ha contribuido a que el capital de trabajo sea aún más negativo (-S/1,537 millones) hasta septiembre de 2023.
En términos generales, Petroperú atribuye su desempeño financiero afectado a la disminución de las ventas de combustibles en el mercado interno, señalando la intensa competencia, las protestas sociales y la priorización del suministro de gas licuado de petróleo (BPL) como factores clave.
Además, los costos de ventas han aumentado debido a la operación aún no optimizada de la nueva refinería de Talara, actualmente en proceso de puesta en marcha progresiva, generando gastos financieros adicionales asociados a la construcción de esta infraestructura.
