Para nadie es una novedad que las startups están despegando en el Perú, pero no hay ninguna ley que apoye esta industria que podría emplear a miles de compatriotas.
Hace un par de años estaba promoviendo que se impulsara un proyecto de ley que declarara de interés nacional la industria de software en el Perú y conseguí reunirme con tres empresarios de diferentes bancadas.
Los resultados no pudieron ser más desalentadores. Acompáñenme a leer esta triste historia.
Palabras sabias, oídos sordos
En una de las reuniones, la parlamentaria no me escuchó en absoluto. Estaba demasiado entretenida con su WhatsApp. Sus asesores luego me escribieron a pedirme que haga una aplicación gratis y un evento para promover el «apoyo» de ella.
Posteriormente, me reuní con otro que se dedicó a despotricar de su bancada y de las demás y se dedicó todo el tiempo a darme «lecciones de vida». Sobre la industria de software: nada.
Mucha de la revolución digital en el país va a venir del sector privado, de los investigadores, de los emprendedores, los profesores y demás.
Luego quería que tuiteara en su favor en todo. Y si discrepaba: pura ofensa personal.
Con el último me citaron a su despacho; y cuando llegué se mandó a mudar. Me dejó con su asesora. Ella me escuchó, tomó notas, mandó una ayuda memoria, involucró más personas… Luego escribió a pedir una página web. ¿Y la industria de software? ¡Nada!
Cero sugerencias
Lección de vida: A nuestros parlamentarios no les interesa nada fuera de su agenda partidaria o personal. Los intereses del Perú están muy por debajo en sus prioridades y son muy condescendientes. Y si eres joven, te tratan como a su hijito/a.
No aceptan puntos de vista externos ni sugerencias… Son super dotados. No se dan cuenta de que el pueblo les dio esos puestos, se configuran como elegidos del destino, hasta todopoderosos.
¿La solución? De abajo hacia arriba
¿Cómo podemos abordar el impulso de la industria de software? Desde el sector privado y con ciertas dependencias públicas cuyo interés sea netamente técnico.
¿Se puede encontrar? No pierdo la esperanza de que sí habrán funcionarios públicos que impulsen temas de verdadero interés nacional.
Pero mucha de la revolución digital en el país va a venir del sector privado, de los investigadores, de los emprendedores, los profesores y demás. Una revolución desde abajo hacia arriba. Los que no quieren avanzar, se quedarán en el tiempo.
Confío en que seguiremos trabajando un país más innovador, más creativo y una mejor sociedad. Y que en el camino surgirán mejores funcionarios públicos también. Desde mi tribuna como empresario digital, seguiré trabajando incansablemente por un país y un continente mejor educado.