Lleva casi 20 años en el mundo artístico y siempre ha emprendido nuevos proyectos. El emprender es un ‘gen familiar’ pues sus padres tuvieron un taller con el cual pudieron criar y educar a ella y sus dos hermanos. Afirma que aprender a llevar el orden de lo que significa ser empresaria es una etapa que disfruta mucho y ve que, poco a poco, la misma pasión y ganas se mantienen. Conversamos con Maricarmen Marín para conocer lo difícil que es emprender.
¿Cuál es el objetivo de la campaña “Cabeza en Alto” de Head & Shoulders?
«Cabeza en Alto» es una campaña que me emociona porque tiene que ver conmigo, con la forma en cómo he empezado mi carrera. Con esta campaña queremos despertar los corazones de las personas que trabajan mentalizados en sus sueños. Es un homenaje a los emprendedores que pese a las adversidades salen adelante dándose ánimos. Contaba que en mi vida y mi carrera encontré diferentes personas: las que no confiaban en ti, las que te dicen ‘no creo que lo logres’, pero si tienes muy claro lo que quieres emprender, lo que te digan no te afectará.
Según tu historia personal, hay un ‘gen emprendedor’ transmitido por tus padres quienes tuvieron un taller de ropa. ¿Qué rescatas de ellos en su tarea de emprendedores?
A través de ellos aprendí a trabajar. Siempre fueron muy meticulosos y no me cortaron las alas pues sabían que era una soñadora empedernida. Cuando iba volando con mucha fuerza me choqué contra la pared, pero ellos estaban allí para hacerme sentir que tenía el apoyo de mi familia. Nunca sentí que querían manipularme o vivir a costa mía. He tenido la suerte de rodearme de personas que me han dejado emocionar por mis ideas. Los primeros años de vida de una persona es importante a quiénes tiene a tu lado pues de ellos sacas la inspiración. En el camino de tu crecimiento ayudará mucho ello pues te darás cuenta que tienes que hacer las cosas que te hacen feliz.
Recordabas en una entrevista que, cuando eras muy joven, mirando la televisión, viste un reportaje de cómo descubrieron a las modelos más cotizadas. Inmediatamente te fuiste a caminar por la avenida principal de tu distrito para ver si alguien «te descubría». ¿Qué tan difícil es emprender en el mundo artístico?
(Risas) Creo que en todo es difícil. Cuando eres jovencito y estás cargado de sueños y emociones te chocas con la realidad, como esta historia que has leído y es totalmente cierta. Yo estaba viendo un reportaje en la Revista Dominical y contaban cómo habían sido descubiertas estas modelos. Una de ellas en el cumpleaños de alguien y la otra caminaba en las calles de Manhattan, le dieron una tarjeta y al otro día era una súper modelo. Y yo juraba que era así. Yo salí de mi barrio a caminar para ver si alguien me descubría, ¡y nadie me descubrió! (Risas). Fui allí donde me di cuenta que tenía que empezar a tocar puertas. Hoy me río pero en ese momento era angustioso, preocupante. Poco a poco vas adquiriendo experiencia y fórmulas para llegar a tus metas.
Es lo que se ve en la televisión y se piensa que es sencillo…
Pero no solamente en la televisión, en todas las carreras. Si te contara la cantidad de veces que me han dicho que no, me han dicho ‘espérame un ratito’ y me han dejado esperando. Esas cosas que a veces no las contamos son las más importantes porque pueden servir de inspiración. Creo que todos somos fuentes de inspiración para los que están en nuestro alrededor.
“Cabeza en Alto” me hace pensar en todos los peruanos de provincia que viajan a la capital a ‘buscar un destino mejor’…
Ha cambiado un poco ese pensamiento porque antes nos sentíamos turistas en nuestro propio lugar. Hoy las oportunidades han cambiado. Las regiones tienen grandes potenciales y ya no es necesario ir a la capital. Al final cada quien decide qué es lo que les hace feliz. Mi papá es de Cajamarca y mi mamá era de Huaraz. Ellos se conocieron en la capital. Yo nací en Lima y mis hermanos en Chiclayo; sin embargo, he vivido con la mentalidad del peruano que llega de provincia a la capital. Siempre tuve los consejos de mamá de esforzarse por conseguir mis sueños y no esperar sentada. Creo que tenemos grandes ejemplos de hombres y mujeres provincianas que se han hecho de un nombre, de conseguir cosas donde no el resto mira. Por eso es importante que las historias se conozcan porque se pueden encontrar similitud en lo que uno realmente quiere.
Contando historias positivas, las de los emprendedores…
Y sobre todo darnos ánimos y celebrar el éxito del otro. Nos quedamos en silencio y siempre pensando en lo primero que tenemos que señalar o juzgar. En los últimos años he aprendido de lo importante que es alegrarse del éxito del otro y sentirlo tuyo porque no sabes que hay detrás de esa otra persona, de sus frustraciones, sentimientos, desvelos, alegrías, tristezas, de alguien que la lucha. Por ejemplo, yo estoy pensando qué le dejo a mi público. Si no hubiera sido artista quizá hubiera sido profesora o algo que tuviera que ver con las relaciones humanas.
Profesora de inicial supongo…
(Risas) ¡Claro! Porque estoy viendo a través de ti a mi hermano o mi futuro hijo o a esa persona que con una palabra, frase o ejemplo das un mensaje. Pongo siempre los ejemplos de mis profesores cuando estaba en el colegio. Recuerdo que tuve un profesor de matemática que lo escuchaba mucho pero falleció. El profesor que lo reemplazó parecía lo mismo, pero no lo era pues tenía otra energía y otra pasión para enseñar, era más divertido y me dejó un gusto por la enseñanza. Siempre me decía que me hubiera gustado ser ese profesor de Matemática que no fui. Por eso mi homenaje a los emprendedores pues no tienen miedo a crecer y que se alegran por los éxitos del otro. Que tienen como meta el éxito, siempre hacia adelante.