Educación

Gonzalo Galdós: «En estos meses, la educación ha avanzado más que en los últimos 20 años»

Infomercado conversó con el fundador y vicepresidente de Futura Schools y miembro del CADE Educativo, quien aseguró que debido a la pandemia ha quedado demostrado que la tecnología es un gran aliado para la educación y ello ha hecho avanzar la educación nacional.
Por César Flores Córdova Publicado: Últ. actualización: 15 septiembre, 2020 16:25
9 minutos
PIko Tamashiro/GEC

La pandemia de la COVID-19 obligó a las instituciones educativas a adaptarse a la virtualidad. Durante este proceso, han sido mucho los retos que han enfrentando los colegios, alumnos y maestros.

En este contexto, Infomercado conversó con Gonzalo Galdós, fundador y vicepresidente de Futura Schools y miembro del CADE Educativo sobre los retos de la educación en el Perú.

¿Cuál es la impresión que tiene de la educación peruana en el contexto del COVID-19?

Se ha producido un fenómeno muy interesante: los padres de familia se han visto enfrentados a la incertidumbre y al desconcierto de tener que ejercer un rol de profesores sustitutos, que fue lo que creyeron inicialmente, cuando sus hijos estaban frente a un televisor o frente a una computadora. Poco a poco los padres se dieron cuenta de una cosa fundamental: que la educación había cambiado muchísimo desde que ellos habían dejado las aulas.

Ya no sabían como orientar a sus hijos y eso les generaba mucha frustración a los padres. Tan grande fue el desconcierto que dijeron: esto no puede ser equivalente a estar seis horas en clase, esto no es lo que yo quiero para mis hijos. Ese desconcierto se genera principalmente por una perdida de confianza en el sistema educativo, una falta de confianza en que los colegios puedan migrar de clases presenciales a clases virtuales.

¿Esta situación es de todos los colegios?

En el caso de Futura School – Piura, nosotros sentimos que los padres nos depositaron un voto de confianza en esta transición. O sea, los padres comprendieron que el sistema regulatorio forzaba a los colegios a tener 100% clases presenciales antes de la pandemia. Entonces, cuando empieza la pandemia ellos dicen: esto es un proceso, confiemos en el colegio y en la red.

Luego, creo que no los hemos defraudado. Esa confianza ha sido retornada comprendiendo los padres que no son profesores sustitutos y que los chicos no pueden pasar seis horas frente a la computadora. Se trata de un trabajo autónomo, trabajar por proyectos, en equipo y eso es la situación de todos los padres de familia, no solo en Futura School sino en todos los colegios.

Respondiendo tu pregunta, confío que la tecnología en un gran aliado de la educación. Considero que en estos meses hemos avanzado más que en los últimos 20 años y lo importante ahora sería no retroceder.

¿Cómo se inserta su optimismo en la realidad educativa de las zonas rurales?

Creo que la tecnología nos brinda una oportunidad de cobertura, que no íbamos a poder atender con colegios presenciales. ¿Qué es más difícil: conectar a un pueblo remoto en la serranía o en la amazonia, dotarlos de una conexión satelital para que tengan acceso a internet o pensar que vamos a llevar un colegio físico a cada uno de estos lugares?

El gran paradigma educativo está basado en construir colegios, contratar profesores y en estos lugares tenemos escuelas de un profesor y un alumno, o tenemos casos de alumnos que deben tomar dos o tres horas para llegar a su centro de estudios en el pueblo. Este paradigma tiene que cambiar. La tecnología nos da la oportunidad de hacerlo pero claramente se debe tomar una decisión política.

¿Hay que seguir construyendo colegios?

Primero, lo que tengo que hacer es dar cobertura y conectividad a todo el país. Luego los alumnos no tendrán que ir necesariamente a un colegio físico sino tendrán que ir al pueblo y en un lugar habilitado por el alcalde. Allí pueden recibir clases.  Hoy existe una gran oportunidad y depende mucho de una decisión política y un cambio de paradigma de nuestras autoridades políticas. Hoy nuestra educación no se mide por cuántos colegios construyes sino a cuántos alumnos llegas y con qué calidad de educación.

Pero, muchos colegios privados no estaban preparados para los retos que la educación virtual…

No quiero hacer un juicio de valor generalizando pero si el sistema escolar del país te dice que está prohibido impartir clases virtuales y que es obligatorio que las clases sean presenciales, la pregunta sería: ¿por qué el colegio pequeño de un pueblo tendría que estar preparado para dar clases virtuales? ¿Porque los colegios privados o porque el sistema público tendría que estar preparado cuando nunca se contempló este escenario de clases 100 por ciento virtuales?

Nadie estaba preparado para esto. Lo que se mide no es si estabas preparado, lo que se mide es cómo ha sido tu respuesta para este desafío inesperado.

El estado, el ministerio se ha ido por el lado de la cobertura mezclando internet y televisión. En los privados existen desde aquellos que tienen más recursos y que han podido rápidamente adquirir una plataforma más robusta para hacer las clases virtuales, hasta aquellos colegios que han estado trabajando por WhatsApp, Facebook, por las redes sociales tradicionales y que han logrado dar también un nivel de cobertura.

Pero algunos sondeos mostraban la desazón de los padres…

Creo que es muy injusto y creo que es lo que se ha intentado vender a la opinión pública, es decir, que los colegios privados no han estado a la altura de las circunstancias. Han habido muy pocos que no han podido. Por ejemplo, los nidos. ¿Cómo hacer las clases de estimulación temprana para un niño de tres años por internet o por las redes sociales?, no puedes hacerlo. Por esta razón, muchos de estos nidos han tenido que cerrar. Eso es natural. Por otro lado, habría que preguntarle a los padres de familia de los colegios públicos si están satisfechos con la teleducación que han recibido.

¿Qué hacer con la desazón de los padres?

Más que desazón es desconcierto, frustración y ahora, poco a poco, están en una etapa de entendimiento.

Entienden que no puedes poner a un niño o niña, de diez o doce años, seis horas frente una computadora. Estos niños no tienen un umbral de atención de estas características si no se combina con espacios sociales. Esto no es un fenómeno del Perú sino que sucede a nivel mundial. Por eso es que en Europa y en otros países se quiere volver rápidamente a la presencialidad, para quitarse la presión social de los padres.

Esto también va a pasar con nosotros. Pronto el Ministerio (de Educación) va a querer volver a las clases presenciales lo más rápido que se pueda, incluso, tomando riesgos de salubridad. Los padres han pasado de la incertidumbre y desconcierto a la frustración y ahora, poco a poco, están entendiendo como funciona la educación a distancia.

¿Cómo debería funcionar la educación a distancia?

La educación a distancia funciona de la siguiente manera: hay un espacio que debe ser optimamente utilizado, donde el profesor, en un periodo de tiempo bastante corto, interactúa. Hay otro momento donde los alumnos ingresan a su computadora y encuentran algunas tareas, actividades y proyectos que van a subir a internet para que el profesor luego pueda revisar. Y hay una tercera etapa, el que los chicos deben trabajar en equipo.

Ahora, ¿tú crees que nosotros tenemos que enseñarle a los chicos a interactuar a través de redes sociales en grupos? Lo que debemos es decirle: ‘este es tu grupo, ve cuando te reúnes; puedes usar Facebook, WhatsApp, Instagram, conversa con tus compañeros y realiza el proyecto’.

Pensamos que una clase virtual todo el tiempo sincronía, que debemos estar interactuando, pero no se puede porque el cuello de botella es la calidad de la señal. Muchos padres de familia, sobretodo de los segmentos más vulnerables, no tienen conectividad como para mantener una conexión sincrónica. Vamos a ir avanzando en eso, nadie estaba preparado para esta crisis pero la estamos sorteando y los profesores han sido los héroes anónimos.

¿Se debe sincerar el costo de la educación virtual en colegios?

El costo ya está sincerado, porque están obligadas las instituciones educativas a publicar o a ser transparentes. Siempre fue bastante sincero y ahora es transparente.

Hay que quitar ese mito alrededor del negocio de la educación, porque no es real. Te doy un ejemplo, el 70% de la estructura de costos de cualquier institución educativa corresponde a profesores. El 30% tienen que ver con los costos administrativos, materiales, etc.

Los margenes operativos de los colegios para clase media, según su eficiencia, siempre ha sido de 15% (en promedio). Eso margen es razonable en términos de la creación de valor. A menos que sea uno de esos colegios de élite que pagas en dolares y que solo pueden llegar un puñado de familias.

El mito, la declaración sumamente irresponsable es la de aquel que dice «la educación debe costar la mitad». Es la propuesta que nació en ASPEC. Esa fue la propuesta de una persona que no sabe como funciona la educación privada. Por ello, se han tenido que despedir y bajar los sueldos de los profesores. Si tu eres padre de familia y te dicen que la pensión debe ser 50% menos vas a decir «claro que sí, encantado».

En este contexto, ¿qué problema enfrentará el estudiante que termina el colegio en virtualidad y pasa a la universidad?

Las universidades van a tener que trabajar un poco más en la nivelación de esos alumnos, deberán ayudar a que esos alumnos se nivelen, ya que en el sistema escolar lamentablemente ya no se puede hacer nada, sobretodo en este año.

El CADE ha planteado que el Perú necesita un plan de 15 años para la reestructuración de la educación cívica y valores. ¿Será suficiente ese tiempo?

A veces el horizonte del tiempo parece muy largo pero nunca es más largo que cuando no haces tu tarea. Puede parecer muy largo el viaje pero en educación estos años es nada. Es el mismo mensaje que le daría a los ministros de Educación y al Presidente de la República, cuando no quieren hacer reformas en el sistema educativo porque saben que los resultados se van a cosechar en cuatro o cinco años y ya no van a estar en el poder. Hay que empezar, el tiempo se pasa volando y cuando hay que invertir en las generaciones futuras, cada día cuenta. Estoy de acuerdo con ese plan, con cambiar una sociedad que tiene una crisis de valores.