Opinión

El año que la educación cambió

"Hoy en día los alumnos están desarrollando mayor autonomía, que es una competencia clave. Y los profesores tienen más confianza en sus competencias digitales", afirma Mariana Rodríguez Risco, presidenta del directorio de Futura Schools.
Por Mariana Rodríguez Risco
2 minutos

Antes de la pandemia la educación virtual no era una prioridad.

De un día para otro, se tuvo que implementar plataformas y aplicativos nuevos, resolver problemas de conectividad y acceso a dispositivos digitales de alumnos y maestros.

Asimismo, se tuvo que adaptar el currículo y contenidos, desarrollar las competencias digitales de alumnos y maestros, crear nuevos sistemas de gestión del aprendizaje que aseguren la calidad.

Finalmente, debimos establecer canales de comunicación virtuales para la comunidad educativa, incluyendo a los padres de familia.

Lamentablemente pocos colegios tenían las capacidades para enfrentar este enorme desafío, entre ellos esta Futura Schools.

El primer desafío fue evitar cometer el peor error de usar las clases virtuales para hacer lo mismo que en las clases presenciales.

Luego adaptarnos lo mas rápido posible a esta nueva modalidad de aprendizaje.

El segundo bimestre de Futura Schools ha sido muchísimo mejor que el primero.

Hoy en día los alumnos están desarrollando mayor autonomía, que es una competencia clave. Y los profesores tienen más confianza en sus competencias digitales.

Se está derrumbando el mito de que la educación virtual es de menor calidad que la presencial.

La educación post-pandemia será mucho mejor, más moderna y efectiva. A nivel global se están dando cambios importantes que van a beneficiar a millones de alumnos.

Se llegará a niveles de acceso a educación de calidad que no se pensaba que eran posibles. Todo esto gracias al desarrollo de modelos educativos innovadores fuertemente apoyados en tecnología.

Futura Schools ya había dado pasos importantes hacia el nuevo paradigma de la Educación del Siglo XXI, pero hoy hemos dado un salto enorme.

Sin embargo, todavía es necesario dar espacio a soluciones innovadoras. Solo será posible si se cambian y flexibilizan las normas y reglamentos, que fueron creadas para la educación pre-pandemia.

También se tiene que acelerar el cierre de la brecha digital – el principal obstáculo para la continuidad de la educación en las zonas rurales- en un esfuerzo multi-sectorial y con el apoyo del sector privado.

Nos hemos dado cuenta de los enormes beneficios de la educación digital como complemento de la educación presencial. No debemos dar marcha atrás.