Conversamos con Daniel Noriega, representante de Ed-Tek Latam en Perú, una alianza pedagógica empresarial con presencia Latinoamérica y Estados Unidos que ofrece soluciones tecnológicas y herramientas digitales a estudiantes, padres de familia y docentes para lograr superar la brecha digital e impulsar el sistema educativo actual y que llegó al país a inicios de este año.
¿Cómo se viabilizar su propuesta en un país donde el acceso a internet no llega al 80% de colegios?
Debemos hacer que las empresas hagan propuestas realistas, de acuerdo a la realidad educativa, social y económica del país. Existen estándares internacionales que han hecho más democrático el acceso a la tecnología en la educación. Hay que recordar que, en Lima, solo el 5% pertenece al NSE A, el 12% al B y el 80% al CDE, entonces, los sistemas deben funcionar de manera offline y online. Eso es un primer paso para lograr un estándar de calidad para realidades como las nuestras.
Un sistema híbrido…
Más preciso es decir un sistema dual que funciona con o sin internet. Asimismo, la Responsividad es otro estándar de calidad que hace más democrática la educación mediante medios tecnológicos. No todos los alumnos tienen PC o tablets pues la mayoría los escolares han trabajado con el celular de sus padres. Los sistemas de aprendizaje deben ser responsive para que corran en cualquier dispositivo, y deben ser portables para que funcionen con Windows o Android.
Entonces, ¿cuál es la propuesta de valor EdTech Latam?
Somos una alianza pedagógica cuya finalidad es ayudar a los colegios a dar el salto a una educación de autentica calidad con el uso responsable de las TICS. Esta alianza se origina con la experiencia personal de nuestras asociadas y de un análisis sobre la necesidad de que las instituciones educativas latinoamericanas cuenten con contenidos que cumplan con estándares de calidad adecuados a la nueva normalidad. Nuestra propuesta es poner a disposición sistemas educativos probados y que sean incorporados de manera fácil a la currícula nacional de educación. Por ejemplo, nuestros programas de matemática y lenguaje son online y offline, a diferencia de otras propuestas.
En Perú existen más de 54 mil colegios nacionales; los privados son la mitad de ello. ¿Hacia dónde enfocan su producto?
Hoy trabajamos con 30 colegios públicos, de la Ugel 7 (San Borja, San Luis, Surco, Surquillo, Barranco, Miraflores y Chorrillos.) y, por segundo año consecutivo, han probado nuestra efectividad. En el 2021, veinte colegios de dicha Ugel mejoraron 8% en matemática. Eso es un gran avance si lo comparamos con la última prueba censal nacional donde solo el 34% de los alumnos de primaria obtuvieron el nivel satisfactorio en matemática; en secundaria, solo el 17%. Ese es el contexto donde nos desarrollamos y hay muchos colegio que están adoptando nuestras soluciones. Debo añadir que hemos firmado un convenio con la Asociación de Nidos y Guarderías del Perú donde vamos a colocar un sistema de comunicaciones para 110 de sus afiliados e involucrar a los padres y madres en el proceso educativo de sus hijos.
¿Qué condiciones mínimas piden a los colegios para desarrollar su propuesta?
La tecnología exige ciertos requisitos mínimos y, en el Perú, el último esfuerzo que se hizo por reducir la brecha fue la entrega de las 800 mil tablets. Hicimos un proyecto piloto en Puno, donde tienen tablets pero no acceso a internet. Entonces, lo que se debe hacer es reorientar ese esfuerzo con alternativas concretas que permitan operativizar. Siempre se reparten equipos y no se usan. Estamos buscando llegar a los gobiernos regionales para reorientar el curso; por eso, hemos hecho 15 estudios de factibilidad en zonas donde no hay internet o el acceso es defectuoso, pero que con un mínimo esfuerzo presupuestal se pueden solucionar problemas.
O sea, les piden red y equipos mínimos…
Sí. Los sistemas de aprendizaje deben ser livianos porque tendremos restricciones si implementamos sistemas gamificados que necesitan gran conexión de almacenamiento y banda ancha. Deben ser adaptables a la realidad del país.
¿En cuál de los tres niveles de educación básica regular están obteniendo mejores resultados?
En los niveles de inicial y primaria. Aquí están los nativos digitales cuyo primer juguete fue el celular de sus padres y tienen una forma natural de aceptar la tecnología. En nivel secundaria, el problema son los profesores y no los alumnos. Entonces, los profesores tienen que capacitarse. Un aporte adicional que hemos propuesto son las soluciones de educación socioemocional con el fin de recuperar el espacio de socialización que los alumnos han perdido por la pandemia. Tenemos un sistema que se llama Disposición para el Aprendizaje, el cual prepara al niño con mejores conexiones neuronales para un aprendizaje más activo,, generar la empatía y el manejo de conflictos a edades tempranas.
¿A cuántos escolares han beneficiando y cuál es la proyección a corto plazo?
En el sector público hemos llegado a más de 5000 alumnos y 300 profesores. Tratamos de tener mayor cobertura en Lima y provincias, pero eso dependerá de cuánto apertura tengamos con los colegios. Nuestra estrategia es de flanqueo, es decir, enfocarnos a las zonas desatendidas del Perú. Ya estamos en Lima, Ancash, Cajabamba (Cajamarca), Amarilis (Huánuco), y Puno. La tecnología es la alternativa para una educación de calidad, sino subimos masivamente a las herramientas tecnológicas no cambiará la educación nacional. Hoy la educación está basada en proyectos y en el trabajo colaborativo, en el rápido proceso de retroalimentación.