El pollo es un alimento base en los almuerzos de los piuranos. Este producto se puede encontrar en los mercados, supermercados y hasta en la tiendita de la esquina, pero hay otras personas que no la tienen tan fácil.
A casi 30 minutos de la ciudad de Piura se encuentra el Centro Poblado de la Arena en donde se ubica el A.H San Pedro.
En este asentamiento humano vive la humilde emprendedora llamada María del Pilar Silva de 30 años.
Ella se dedica a la crianza y venta de aves menores en su distrito. “Hasta ahora soy la única en el pueblo que vende pollos de esta calidad”, sostuvo María.
María vende el kilo del pollo blanco a S/10, un precio totalmente justo. Mientras que el pollo vivo lo vende, mínimo en S/35.
“Cuando yo vine a comprarle a la señora María tenía la idea de gastar aproximadamente S/50, pero el pollo me lo vendió a S/85, se lo tuve que pagar en partes”, dijo entre risas un comprador.
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Y es que muchos turistas llegan a estos pueblos con poco dinero y se llevan aves vivas por un precio muy por debajo de su valor.
Por lo menos, este comprador había presupuestado un monto razonable, pero hay veces que muchos turistas los visitan y engañan a los productores al exigir la venta de un pollo a s/25.
No solo se trata de criarlos, sino de verlos en su crecimiento
“Yo necesité que me enseñen a ver el pollo cuando está delicado, a ver si es de primera, a colocar un medicamento, a cómo lo voy a alimentar y muchas cosas más. No solo se trata de criarlos, sino de verlos en su crecimiento”, explicó María.
Muchos productores no saben todo lo que implica la crianza de un pollo y eso hace que su producto lo vendan muy por debajo del valor.
Aves para amas de casa
Si los turistas no acuden a ella, los habitantes de su pueblo son los principales clientes de la señora María.
“Yo crio aves de corral para venderlas a las amas de casa de mi localidad”, mencionó con orgullo doña María.
Y es que a raíz de que su esposo cayó delicado de salud, tuvo que emprender.
“Como yo ya llevaba charlas de Choice decidí que había que emprender” agregó María.
Choice Humanitarian es una ONG que les ha llevado ayuda para que las mujeres del asentamiento humano puedan emprender su propio negocio.
Nunca vamos a salir de esta pobreza si no lo hacemos nosotros mismos
“Nunca vamos a salir de esta pobreza si no lo hacemos nosotros mismos. Gracias a la educación de Choice nos motiva a seguir emprendiendo”, explicó María.
Más allá de los cursos que dictaba a la comunidad, la ONG los incentivó llevándoles productos para su empresa.
El comienzo
“Al principio les compraba a ambulantes, pero un día compré unos pollos que tenían más plumas que carne. Hay pollos de segunda, pero tenía que comprar de primera. De ahí empecé a comprarle a una señora que me traía el pedido”, sostuvo María.
Hasta los mismos ambulantes querían aprovecharse de la inocencia de los habitantes del pueblo y estafarlos.
“Nosotros les enseñamos todo sobre el negocio, desde el primer paso hasta el último. Después, ellos toman las riendas, pero seguimos apoyándolos”, dijo Wilmer Cruz, encargado de la ONG.
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María empezó comprando 25 pollitos y ahora compra 100 pollitos por quincena.
“Después de un año y medio ya llevo vendiendo entre 500 o 600 pollos”, precisó con orgullo doña María.
Además, ahora también se dedica a la venta de alimento para pollos.
“Un gran problema es que las amas de casa me decían que no crecía el pollo vivo que les vendía, y era porque no los alimentaban. Ahora también he emprendido un negocio de alimentos avanzados para los pollitos que se llevan”, dijo María.
A la fecha, María quiere seguir creciendo con su negocio, pero, así como a ella la ayudaron, ahora quiere impartir esos conocimientos con su comunidad.
Tal vez yo puedo enseñarles a otros
“Tal vez yo puedo enseñarles a otros No me preocupa la competencia porque la ama de casa busca los negocios donde se les trata con cariño”, finalizó la emprendedora de 30 años.