La capacidad para hacer frente a situaciones financieras complejas utilizando únicamente recursos propios se llama vulnerabilidad financiera.
Una forma de medirla es a través del periodo de tiempo en el que los individuos pueden cubrir su coste de vida en caso de que se queden sin su principal fuente de ingresos y no puedan pedir un préstamo.
Según BBVA Research, el 19% de la población peruana está en condición de altamente vulnerable, es decir, solamente podría cubrir sus necesidades por un máximo de siete días.
En tanto, el 64% está considerada en situación vulnerable, lo que significa que podrían subsistir entre una semana y tres meses. Esta cifra es mayor que el promedio en Latinoamérica (60%).
El resto de la población peruana (19%) cuenta con un nivel de seguridad elevado respecto a su vulnerabilidad financiera, y se estima que podría cubrir sus gastos sin inconvenientes por un tiempo mayor a tres meses.
Las siguientes características son frecuentes en relación a la vulnerabilidad financiera de las personas:
● Un mayor nivel de educación reduce la vulnerabilidad financiera.
● Las mujeres son más vulnerables que los hombres.
● Las personas que viven en zonas rurales tienen una mayor vulnerabilidad financiera que las que viven en zonas urbanas.
● Mayores conocimientos financieros reducen la vulnerabilidad financiera.
● Los jóvenes tienen un mayor riesgo de ser vulnerables financieramente.
Según el portal La República, para poder mejorar nuestro nivel de vulnerabilidad financiera, es necesario revisar nuestra salud financiera.
En ese sentido, debemos revisar nuestra capacidad de ahorro, los gastos que realizamos de acuerdo a nuestros ingresos, nuestro historial de pagos, entre otros.
En la medida en que gocemos de mejor salud financiera, seremos menos vulnerables en ese aspecto.