En los últimos años, el Perú ha tenido un crecimiento que lo ha convertido en una estrella macroeconómica a nivel latinoamericano. Este logro ha sido gracias a su solidez en sus políticas fiscales y monetaria. Sin embargo, los últimos indicadores muestran que el milagro económico está llegando a su fin. ¿Es una recesión producto de la coyuntura o son variables no observables las verdaderas causantes de esta desaceleración económica?
Para comenzar, tenemos que analizar la tendencia de crecimiento económico a nivel regional.
Según el Banco Mundial, el crecimiento económico de la región, el cual depende del comercio y la coyuntura internacional, no necesariamente está en desaceleración. Existen economías en Latinoamérica que crecerán a 3.5% este año, a pesar que el crecimiento mundial está en el 2.8% y 3% para el 2019.
El problema principal es que no hemos sabido aplicar los principios económicos que permiten mejorar los precios. Algo tan simple como aplicar un cruce de curvas de oferta y demanda.
La única manera de aumentar los precios y generar mayores ingresos es aumentar la demanda agregada. Esto implica mayores ventas, mayores exportaciones, promoción en ferias nacionales e internacionales.
Existen decenas de formas para aumentar la demanda, las cuales se han estado desaprovechando. No hemos tomado en cuenta los más de 20 Tratados de Libre Comercio que existen a nivel mundial. Si replicamos con fines de este estudio, el Perú cuenta con 13 tratados de libre comercio en vigencia según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.
Ahora bien, si la receta es tan fácil, ¿por qué no muchos países han tenido resultado? Es aquí donde tenemos que volver al inicio, y dar una respuesta más profunda, una donde se tomará en cuenta los pilares no considerados, que tienen mucha influencia en la sostenibilidad del desarrollo económico de un país.
El milagro económico
Ahora bien, vayamos de lleno al caso de estudio sobre el milagro económico del Perú. Sus índices van tomando repunte gracias a las políticas monetarias, fiscales y la firma del TLC, desde el gobierno del Alejandro Toledo, en donde se estabilizaron las bases económicas para los siguientes años. El gobierno de Toledo, como dicen criollamente, “se la dejo servida “al siguiente gobierno.
Pasado las siguientes elecciones del 2006, durante el mandato de Alan García, solo tenía de colocar la cereza al pastel; ¿pero la gran pregunta es por qué?
Aquí las principales razones:
- Boom de los minerales.
- Firma del TLC con USA.
- Dólar barato e incremento de de las exportaciones.
- Llegada de inversiones atraídos por las altas tasa de interés.
Estas «razones» que surgieron durante el mandato 2006-2010, nos llevan a afirmar: “¿Se puede considerar un milagro que una persona camine, con apoyo de muletas?”. Análogamente, podemos decir que el Perú, realmente es un milagro o que, las políticas y la coyuntura le dieran el apoyo correspondiente para llegar a índices de crecimiento como los países más avanzados de Asia (7-8% de crecimiento económico).
Ahora, si seguimos la tendencia de crecimiento, lo único que nos querían decir es “a este ritmo de crecimiento, podemos llegar a ser mejor que Chile en unos años”, midiéndonos como siempre con nuestro principal competidor comercial, cultural y vale la pena decir también deportivo.
Dicho modelo, concuerda con la realidad, en la cual era necesario pensar que los buenos momentos económicos y de crecimiento sostenible se iban a seguir manteniendo para los siguientes años. Sin embargo, existen variables exógenas, que actualmente es una obligación estudiarlas y analizarlas. Eso no implica cambiar el modelo de desarrollo económico pasado. Pero si reordenar sus componentes, que permitan adecuarse a la realidad económica.
La mentira del «milagro económico»
El nuevo modelo de desarrollo sostenible tiene que abarcar variables no observables.
Hemos obtenido crecimiento. Pero, es un crecimiento que no es sostenible a mediano y largo plazo. Las decisiones gubernamentales se han preocupado por tener un número de crecimiento económico, inyectar mayor presupuesto y generar dinero. Pero no se han enfocado en reducir la brecha entre crecimiento económico y desarrollo económico.
Esto se ve reflejado en la recesión de las cifras, la poca institucionalidad gubernamental, la baja productividad y competitividad en los diferentes sectores económicos, baja calidad educativa y sanitaria, entre otros indicadores.
Cabe recalcar que “el milagro económico no se acabó, nunca existió”. Lo que pasó realmente es que no pudimos mantener ese impulso que nos brindaron. No se construyeron los puentes para que transite de la mejor manera. Hemos colapsado políticamente por la corrupción en todas las instituciones. Hemos hecho mal uso de los fondos públicos con nuestro pensamiento: “más incentivo económico a las municipalidad, mayor desarrollo”. Como consecuencia, estamos ocupando los últimos países en competitividad, educación, salud, saneamiento, variables principales del IDH. El Perú ya no da para más.
Mirar a futuro
Si queremos volver a la carrera del crecimiento económico, la solución está en mirar la realidad y reordenar nuestro modelo de desarrollo económico.
En primer lugar, siempre se tendrá como «Medio de Inserción o Generación» a la inversión tanto pública y privada o, mediante la forma de APP, o a través de las diferentes formas de financiamiento gubernamental que tenemos.
El siguiente punto y es donde se centra la propuesta de este articulo; es la idea de que antes que tengamos crecimiento económico, primero debemos centrarnos en el Desarrollo Económico.
Esto es algo que los años han venido demostrando. El modelo económico ha llegado a su máximo y ya no se tiene poder de reacción. Como si hubiéramos llegado a una trampa del crecimiento. Es decir, a pesar de seguir inyectando dinero, su efecto es nulo. Se ha recaído en una inelasticidad, que tienen como principales causas a la corrupción, incapacidad de gasto, baja productividad, capital humano poco competitivo, infraestructura inadecuada. Como consecuencia vivimos en una sociedad con baja competitividad a nivel estructural y que se refleja en todos los sectores económicos.
Gracias a la trampa del crecimiento económico, es que las políticas públicas que ahora se tienen que aplicar, deben centrarse en la calidad de gasto. No solo es inyectar dinero, porque la reacción no tendrá consecuencia en la sostenibilidad. Sino aprender a saber en qué gastar y cómo gastar. Eso nos brindará unas bases sólidas en capital humano, educación, salud, tecnología e innovación, que son los componente básicos del desarrollo económico.
Finalmente…
Un buen control del gasto público sentará las bases de un buen desarrollo económico. Gracias a ello, obtendremos un crecimiento económico sostenible.
Lo ideal es mirar al desarrollo como principal meta antes del buscar el crecimiento. De esta forma, formularemos un nuevo modelo económico, que no es más que sustentar las nuevas bases de políticas públicas y la nueva generación de sostenibilidad del país. Esto nos brindara a todos la calidad de vida, y la competitividad económica que nos lleve a ser un país de primer mundo o desarrollado.