El Instituto de Medicina Legal de Puno brindó nuevos hallazgos en la masacre ocurrida en Juliaca (Puno) el pasado lunes 9 de enero. De acuerdo a la necropsia realizada a las 17 personas que perdieron la vida, 9 de ellas tenían albergado en su cuerpo proyectiles de arma de fuego, mientras que las 8 restantes fallecieron por impactado de un proyectil metálico que atravesó su cuerpo.
La pericia encontró que 6 víctimas tenían albergadas balas de fusil AKM, 2 personas perdigones y 1 de ellas bala de pistola. Se trata de Edgar Huarancca, Ghiovanny Illanes, Reynaldo Ilaquita, Elmer Leonardo, Paul Mamani y Eberth Mamani, a quienes se les encontró proyectiles de 7.62 de mm.
Por su lado, Gabriel López y Marco Samillán recibieron impactos de perdigones, mientras que en Jhamileth Aroquipa se halló una bala de pistola. Cabe resaltar que para que el impacto de perdigón genere la muerte, el disparo debe ser realizado a corta distancia.
Además, fuentes consultadas por el diario la República precisaron que en las 8 víctimas donde no se encontró proyectil porque atravesó el cuerpo, el disparo debió ser realizado cerca de la persona. Solo de esta manera se explica porque el proyectil no se quedó albergado.
“Si las balas fueron encontradas dentro del cuerpo, se califican como penetrantes. Cuando los disparos son de tipo penetrante, como es el caso, son de larga distancia. Y si en el protocolo de necropsia se determina que fueron por la espalda, quiere decir que, al momento del disparo, los manifestantes estaban corriendo, huyendo”, explicó la fuente.
La necropsia también arrojó información que contribuirá a determinar la procedencia de los proyectiles. Según Dany Humpire Molina, exgerente de Peritajes del Ministerio Público y doctor en Criminalística, uno de los proyectiles estaba revestido, lo que indica que es nuevo o recién comprado.
“Los proyectiles revestidos son complejos, no los tiene cualquier civil. Esas son armas policiales”, puntualizó.