Opinión

¿Por qué Piura votó naranja?

Por Carlos Chunga Publicado: Últ. actualización: 29 mayo, 2020 12:20
3 minutos

Es bastante floja y hasta antojadiza la crítica generalizada sobre el voto fujimorista en Piura.

Las cifras de la ONPE indican que, de más de un millón de piuranos, cien mil (9 %) eligieron a Fuerza Popular, y que además un cuarto de la población electoral no asistió a votar.

Es decir, la gran mayoría de piuranos no quiere a Fuerza Popular: la región no es fujimorista, o ya dejó de serlo.

En las elecciones del 2016, casi 350 mil piuranos (32 %) votaron por Fuerza Popular para el Congreso de la República.

Eso significa que la cantidad de votantes fujimoristas se ha reducido a la tercera parte en solo tres años. Alentador, aunque insuficiente.

El problema es que hay un error de fondo en el discurso antifujimorista. Un discurso que ha venido lindando con el desprecio, el clasismo y la burla, en lugar de apostar por la argumentación y las propuestas.

Un discurso que ha apelado a la ignorancia y a los táperes para descalificar a los simpatizantes fujimoristas, cuando hay hasta doctores en derecho de prestigiosas universidades, y ni qué decir de conocidos empresarios, que se han mostrado, incluso públicamente, afines a las decisiones y el pensamiento del fujimorismo.

Es verdad que una parte de los votos naranjas en Piura (región en reconstrucción) proviene de zonas rurales o urbano-marginales que, quizás por experiencia o herencia, mantienen los dogmas y la consigna mesiánica de un Fujimori que les solucionó sus problemas de manera pragmática, aunque a costa de todo lo que ya sabemos.

Pero por qué negar que también hay un fujimorismo duro en urbanizaciones y zonas residenciales, aunque allí sea más por convicciones conservadoras o de política económica que por otra cosa.

Es precisamente este último factor el que resulta contradictorio.

¿Con qué discrepa concretamente el antifujimorismo, si algunos no tienen ningún problema en mantener una Constitución hecha en dictadura?

¿Con qué discrepan si están de acuerdo con el actual sistema, con la represión policial o hasta con sacar a los militares a las calles?

¿Con qué discrepan si no están de acuerdo con la integración de ciudadanos diferentes?

Peca más de ignorante quien atina a juzgar una preferencia electoral sin hacer el esfuerzo por comprenderla que los votantes objeto de esa crítica estéril.

Un análisis serio debería, más bien, incluir el escaso y pobre discurso de las otras organizaciones políticas, cuyas propuestas no han calado de la mejor manera y han generado un voto bastante disperso, que no logra hacer frente a ese fujimorismo que se busca combatir.

No será el prejuicio ni los aires de superioridad intelectual los que enfrenten mejor a una corriente política tan arraigada como nefasta.

Desde hace veinte años, después de cada sufragio, dicen que el fujimorismo ha sido derrotado.

La verdad es que aún nadie puede atribuirse ese crédito.