Las medidas adoptadas para detener el Coronavirus en el Perú han sido criticadas, pero muchas veces, no se tienen los datos a la mano.
Asimismo, los criterios políticos pesan sobre los técnicos, sobre todo en las regiones. Hay mucho ruido y conforme pasan los días no parece haber un rumbo fijo ni alternativa de solución.
Es por ello que es importante contar con el aporte de peruanos como Yaser Burhum Espinoza, quien trabaja desde hace más de una década como experto en análisis de información geográfica (GIS) en Silicon Valley.
Él propone una solución de la crisis basada en datos. Su publicación titulada «El Martillazo y el Huayno» debería ser leída por toda persona quien tenga autoridad ahora en el gobierno central y los gobiernos locales.
Aquí resumiremos algunos puntos del artículo. Quien quiera leerlo completo puede entrar al siguiente link: El Martillazo y el Huayno.
La clave es R
Para el autor, R es el número mágico. Un número que no está siendo publicado, pero que es la clave, porque indica si el virus está creciendo o se está muriendo.
R es el número de reproducción de una enfermedad infecciosa. Indica en promedio cuántas personas van a ser contagiadas por una persona infectada antes de que se recupere.
Por ejemplo, si R=5, indica que una persona infectada, en promedio, va a contagiar a 5 más (la enfermedad crece). Si R es menor que 1, significa que una persona infectada no contagiará a nadie y la epidemia estará contenida.
«Todo lo que hacemos durante y después de la cuarentena es para reducir R», indica Yaser.
¿En qué situación está el Perú?
El autor explica en su artículo que las medidas restrictivas que ha tomado el Gobierno han salvado vidas peruanas, pero el costo económico ha sido alto.
Actualmente, indica, el valor de R todavía está por encima de 1. En Lima, por ejemplo, es de 1.43.
«A menos que se implementen restricciones mucho más agresivas en la siguiente semana, vamos a tener un problema ya que R se va a disparar fácilmente a su valor natural», indica.
A pesar de todo, el autor piensa que con poner bajo control los mercados, que son el foco infeccioso más grande que tenemos, hay esperanzas de bajar el valor de R al final de la cuarentena prevista para el 10 de mayo.
¿Qué hacemos post cuarentena?
La etapa después de la cuarentena consiste teóricamente en ajustar y relajar restricciones. Pero éstas tienen que adaptarse a la realidad peruana como la poca bancarización que existe y que eso ocasione largas colas en los bancos; o que no todas las personas tengan refrigeradora y con ello afecta la frecuencia de visitas al mercado.
«Básicamente tenemos que medir», recomienda.
Y para ello el autor insiste en que los datos tienen que ser más públicos. Propone, por ejemplo, un indicador de camas UCI a nivel regional.
«Este indicador nos dice cuándo es que nuestro sistemas de salud va a colapsar. En el momento que no podamos poner a gente que está infectada de Covid19 y que necesita respiradores en una de esas camas (UCI), literalmente vamos a tener que elegir quién vive y quién muere».
En ese sentido el indicador del Minsa sufre un problema grave, porque no es regional. En Loreto, por ejemplo ya están llenas las 10 camas UCI que tenían.
Finalmente, insiste en que las restricciones posteriores al fin de la cuarentena estén relacionados con el valor de R de cada localidad. «Si está subiendo, ajusta. Si está bajando, relaja», concluye.