Emprendimientos

Mercedes Auris: Pasó días sin comer cuando era niña y ahora es dueña de uno de los viñedos más importantes del Perú

Mercedes se enfrentó a los prejuicios y con la fuerza que encontró en las adversidades siguió adelante.
Por Iveth Yamunaque
7 minutos
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Mercedes Auris Bravo nació en 1951 en Castrovirreyna, Huancavelica, una de las regiones más pobres del Perú. Hija de una campesina analfabeta, creció en una familia con varios hermanos varones. Desde pequeña, tuvo que trabajar para sostenerse a sí misma y a su familia, ya que vivían en extrema pobreza, pasando días sin comer y enfrentando constantes adversidades.

Sin embargo, los diferentes desafíos que se le presentaron en el camino la impulsó a seguir adelante e iniciar con Vivero Los Viñedos, una de las empresas clave en la exportación peruana.

Mercedes Auris: Inicios

A los 8 años, con el corazón dividido, Mercedes dejó su pueblo y se muda a Ica para asistir a la escuela primaria. En esta nueva ciudad, experimentó la discriminación por ser «serrana» y por su limitada habilidad para leer y escribir. Sin embargo, nada la detuvo para perseguir sus sueños y superarse.

“Me levantaba a las tres de la mañana para estudiar. En solo dos meses, ya estaba entre las mejores alumnas”.

Con una perseverancia admirable, Mercedes se enfrentó a los prejuicios y con la fuerza que encontró en las adversidades siguió adelante, A pesar de la situación de carencia que vivió, aprendió a llenarse de coraje y a decidir que las circunstancias no definirían su destino.

En 1972, Mercedes soñaba con estudiar ingeniería civil, pero no logró ingresar a esa carrera y se inscribió en agronomía en la Universidad San Luis Gonzaga de Ica. La situación económica en su hogar le impedía cambiar de carrera, así que continuó con agronomía, un campo que inicialmente no era su primera opción. En su facultad apenas había cuatro o cinco mujeres, quienes enfrentaban el machismo de colegas y profesores.

“Nos hacían un ‘bullying’ terrible, pero crecer rodeada de hermanos y primos me ayudó a defenderme”.

Fue en su tercer año cuando Mercedes encontró su verdadera vocación, gracias a su profesor apodado cariñosamente «el Gato» Medina, un docente de la Universidad Nacional Agraria La Molina. Inspirada por sus enseñanzas, se propuso dominar el negocio de los viveros y el cultivo de plantas, un área que le abriría las puertas hacia el emprendimiento.

Su carrera profesional empezó a desempeñarse brevemente como investigadora en el INIA y como docente en la Universidad La Cantuta. Luego, se unió al Proyecto del Alto Huallaga en Tingo María, en la ex estación experimental de Tulumayo. Aunque tuvo que abandonar el proyecto debido a la amenaza del terrorismo, allí conoció al ingeniero agrónomo Juan Munive, quien más tarde se convertiría en su esposo y socio en sus futuros negocios.

La pionera que transformó la viticultura en Perú

En el camino hacia la innovación agrícola, Mercedes encontró su pasión y la convirtió en un motor de cambio. Su historia comenzó en la subestación experimental de Chincha, donde investigó un método para reducir la dormancia en la vid, lo cual revolucionó la producción de uva italiana en la región. Este consiste en que la planta conserve energía y se prepare para el ciclo de crecimiento que retomará cuando lleguen temperaturas más cálidas.

Con este técnica, la cosecha saltó de 10 a 12 toneladas por hectárea a sorprendentes 30 toneladas. Su trabajo fue tan valorado que la empresa a la que asesoraba le obsequió el equivalente a tres sueldos como muestra de gratitud.

Con esa experiencia ganada y juntando de dólar en dólar, en 1993 obtuvo una beca para una pasantía en España sobre el manejo de uva de mesa en climas cálidos.

Antes de esta experiencia internacional, Mercedes había comenzado a experimentar en la propagación de plantas por cuenta propia. Un grupo de agricultores arequipeños la contrató para propagar plantas de uva de mesa, y aceptó el proyecto con un adelanto del 50%, a pesar de no contar ni con terreno ni con capital propio.

La era de Red Globe

En 1994, Mercedes fundó el vivero Los Viñedos en Chincha. Al inicio, la situación económica era complicada, y su esposo tuvo que trasladarse temporalmente a Huaral para asegurar un ingreso fijo. Con tres hijos pequeños, Mercedes sabía que el éxito del vivero era crucial para la estabilidad familiar.

En ese momento, recibió un consejo decisivo de su colega Alberto García, quien le recomendó diversificar sus cultivos. Así, Mercedes comenzó a propagar paltas, cítricos y otras plantas, aunque la uva de mesa siempre fue su cultivo predilecto.

Ese mismo año, Alfonso Novoa, gerente del Fundo Rosario en Ica, contactó a Mercedes interesado en variedades de uva para exportación. La mencionada Red Globe, una variedad que Mercedes había oído en España, se convirtió en su próxima meta.

Tras recordar un contacto español, Mercedes introdujo la Red Globe en Perú y la propagó a lo largo de la costa peruana. Con el tiempo, llegaron también las variedades Flame y Thompson Seedless, impulsando el interés de empresarios que comenzaron a ver el potencial exportador de la uva de mesa.

Un vivero en expansión

Con el auge de la agroexportación en los años 2000, Los Viñedos experimentaron un crecimiento crucial. Resultando que el empresario Víctor Matta Curotto, dueño del Complejo Agroindustrial Beta, confiara en Mercedes

Al ganar su confianza, Mercedes lo convenció de sustituir sus viñas de uva de suelo franco por plantas injertadas. Hasta el día de hoy, Matta continúa siendo uno de sus clientes más leales, un testimonio del impacto y la solidez de Mercedes en la industria.

Crecimiento en Piura

A veces, una idea visionaria puede transformar una industria entera, y Mercedes lo sabía. Tras consolidarse en el negocio de Red Globe en Ica, decidió expandirse hacia el norte del Perú, donde surgían nuevas oportunidades.

“Soy una persona activa, siempre en búsqueda de nuevas oportunidades y dispuesta a romper paradigmas. Por eso, después de consolidar el negocio en Ica, decidí ir a Piura”.

En 2005, una ONG la contactó para enseñar a pequeños agricultores en Piura a cultivar Red Globe. Allí descubrió que las condiciones climáticas permitían que los racimos crecieran grandes y llamativos, lo que abrió una ventana única de producción.

Emocionada por el potencial, Mercedes se alió con José Valdez, un productor local de limones y mangos, para realizar pruebas en su campo en Sullana. Antes de lanzar su proyecto, también viajó a Petrolina, en Brasil, donde aprendió cómo manejar esta variedad en climas semitropicales. En esos años, empresas como Ecosac y Saturno intentaban, sin mucho éxito, introducir la uva de exportación en la zona norte del país.

El 22 de septiembre de 2006, Mercedes presentó su primera parcela demostrativa de Red Globe en Piura. La expectativa fue enorme: cerca de 450 personas de distintas empresas asistieron y fueron testigos de cómo la uva podía madurar en solo 132 días, en comparación con los 188 días requeridos en Ica.

Esto significaba adelantar la cosecha y aprovechar un mercado sin competencia en el hemisferio norte. La demostración atrajo la atención de Gustavo Guerrero, gerente de Camposol en ese momento, quien, sorprendido por los resultados, le propuso ampliar la experiencia a 100 hectáreas.

Esta etapa fue intensa y gratificante, pues desarrollaron el material a raíz desnuda, ya que era más rápido que en bolsa.

Mientras que en 2008, llevó el siguiente paso a Trujillo, donde produjo plantas de palto a pedido de Camposol, un cliente de larga data que necesitaba una provisión constante de plantones.

Con la empresa afianzada en Ica, Trujillo y Piura, Mercedes encontró una oportunidad en las variedades patentadas. En 2013, realizó una importante inversión en tecnología, construyendo el primer invernadero climatizado en Perú con capacidad para 3 millones de plantones de vid, lo que permitió realizar tres campañas consecutivas al año.

Este avance transformó el negocio: de manejar solo tres o cuatro variedades, pasaron a producir más de 25, lo cual requirió un aprendizaje intensivo y constante. Pese a los años de gran crecimiento y variedades, el 2017 fue un año de retos, debido a que en algunos momentos hubo retrasos en la entrega de plantas, lo que resultó una baja en las ventas.

Es así como en 2018 ganaron el Premio Líderes Empresariales del Cambio, mostrando que son los pioneros en

Tiempo Actual: Un legado de crecimiento y progreso en agroexportación

Hoy, Vivero Los Viñedos celebra 30 años como pionero en la agroindustria peruana. Gracias a su capacidad de adaptación y visión innovadora, la agroexportación de uva de mesa en Perú genera cerca de 11,000 millones de dólares anuales.

Por otro lado, Mercedes prevé que la agroexportación seguirá en expansión y afirma que su vivero, especializado en la propagación de plantas frutales, continuará atento a las oportunidades del mercado, listo para satisfacer las necesidades cambiantes de los exportadores peruanos, tal como lo ha hecho en las últimas tres décadas.

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