En 2002 se publicó el libro «Gobierno de personas en la empresa”, escrito por dos expertos del PAD UDEP: Pablo Ferreiro y Manuel Alcázar. Han pasado 20 años y 8 ediciones de la publicación y, podría decirse que ya es un libro emblemático para el mundo empresarial peruano. Hasta hoy se han vendido 25 mil ejemplares.
El libro brinda un panorama bastante pertinente sobre la persona, la organización, el liderazgo y la motivación. Infomercado conversó con Manuel Alcázar, uno de los autores del libro, para conocer cuáles son las respuestas y comentarios que la publicación ha generado en los miles de lectores que lo han adquirido.
¿Qué aprendizajes le deja este aniversario 20 del libro?
Es una alegría. Hace poco hicimos una presentación en Lima y estuvieron personas de varias edades, fue un encuentro muy entrañable. Hasta ahora se han vendido más de 25000 ejemplares, incluso, fuera del país a través de Amazon. En España, se vende bajo el sello de editorial Ariel.
¿Cuál es el aporte que mantiene vigente al libro?
Un amigo me decía que el libro no es un best seller sino un long seller. El libro no tiene ventas explosivas pero sí continuas, y muchos profesores del PAD y de otras universidades lo han incorporado a sus clases. El libro se ha convertido en un manual de referencia pues expone de manera sencilla las ideas de Pablo Ferreiro y las mías explicando las ideas de un gigante: Juan Antonio Pérez López. Una clave [de la vigencia] es que el libro trata una temática intemporal: las claves del buen gobierno de las organizaciones en cuanto están compuestas por seres humanos. Otra clave es que el libro de no tiene mucha competencia por la misma propuesta temática, es un libro que a se recomienda o se regala, incluso, muchos profesionales compran el libro para regalárselo a sus jefes. Finalmente, otra clave es que no es un libro de recursos humanos sino de dirección.
«Solo las cosas se gestionan, a las personas se gobiernan». ¿Esto podría ser una idea resumen del libro?
Sí, lo has dicho bien. Cuando pensábamos en el título quisimos rescatar la idea aristotélica de gobierno, es decir, gobernar seres libres. Se gestionan esclavos, animales, dinero, máquinas. Se administran recursos; pero, se dirigen seres libres. Y lo que hay en las empresas son personas libres. El reto está en cómo logramos que las personas libres se comprometan en una aventura organizacional, de tal manera que el poder lo usemos bien y sea, cada vez, menos necesario usar el poder para que las personas se identifiquen con el propósito de la empresa. La identificación debe ser por voluntad propia. De esa manera, podemos llegar a la excelencia de la organización. Eso se llama gobernar bien.
Muchos directivos consideran que gestionan bien su empresa, pero la perciben incompleta. ¿Por qué pasa ello?
En la buena dirección hay ciencia y arte. Las claves de la buena dirección son sencillas, pero no sobra la oferta de calidad que explique dichas claves con rigor científico. Hay directivos y profesores muy buenos, pero no sobran las personas que sepan explicar la lógica de la buena dirección. Tengo alumnos de la alta dirección que aseguran, luego de leer el libro, que ya entienden por qué son buenos directivos y cuáles son los aspectos que deben corregir. En el libro, las ideas de Juan Antonio Pérez López tienen una estructura lógica y sencilla.
Hablar de ‘las personas en la empresa’ es un tópico que ya se enseña en las escuelas de negocio. ¿Falta algo en esa oferta?
El libro es original y le da carácter único porque empieza tratando las necesidades humanas y a partir de ello se edifica una teoría de la motivación, del liderazgo y de la organización. El libro no explica qué es una persona sino sobre el modo de ser de las personas y sus necesidades.
¿Qué tan difícil es para el directivo lograr que el trabajador haga sus tareas por voluntad propia?
Pablo Ferreiro, que tiene una lucidez extraordinaria, dice que comunicar es decir la verdad y motivar es hacer el bien. Efectivamente, para lograr que la gente quiera hacer lo que le mandas debes mandarle a hacer cosas buenas. La primera clave para motivar es no mandar a hacer cosas malas. Hay que recordar que son tres las funciones del directivo: saber a dónde ir; repartir las tareas; y lograr que cada trabajador haga su tarea. La primera es una función estratégica, la segunda es la estructuración del propósito, y la última es la motivadora. El directivo tiene que ser fino en la tres tareas.
¿Cuál es la tarea del directivo en un mundo con recesión económica y crisis internas en los países?
No tengo la respuesta a lo que hay que hacer pero cuando el mar está revuelto hace falta un buen capitán. Decía Peter Drucker que hay que convertir las necesidades sociales en oportunidades de negocio, en el buen sentido de la palabra. Hay que saber mirar alrededor y descubrir qué necesidades existen. Luego, hay que pensar qué sabemos hacer bien y construir sobre el talento de la organización. El dicho «Zapatero a tu zapatos» tiene mucha sabiduría porque con lo que sabemos hacer bien podemos resolver problemas.
Hacen falta empresarios que descubran necesidades, que articulen productos o servicios, y que incorporen gente a esa aventura. Así generan empleo, desarrollan personas y resuelven necesidades. Leonardo Polo decía que las tres instituciones básicas de la sociedad eran la familia, la universidad y la empresa. No podemos esperar que los estados, los partidos políticos, o las grandes transnacionales, resuelvan los problemas porque los problemas más importantes los resolvemos a nivel familiar o amical, los problemas de comer y vestir, lo resuelven los empresarios.
El ser humano genera problemas pero también es un solucionador, porque somos creativos y fuentes de innovación. Cada persona puede ser sorprendente.
¿Hay alguna edición más para el libro?
Acabamos de reimprimir la octava edición. A lo largo del tiempo hemos corregido pero no tenemos intención de modificarlo. Pablo y yo estamos publicando más. En mi caso, sigo en mi tarea de asesoría de directivos porque siempre tenemos la intención de la divulgación de buenas ideas.
