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Lucho Quequezana, el artista que hizo llorar con su música a la princesa Kako de Japón

Luis Rafael Quequezana Jaimes, más conocido como 'Lucho Quequezana', es un destacado músico, multi-instrumentista y compositor peruano que ha elevado la música peruana a reconocimiento internacional
Por Gabriel Naquiche Publicado: Últ. actualización: 23 noviembre, 2023 11:04
6 minutos

Luis Rafael Quequezana Jaimes, más conocido como ‘Lucho Quequezana’, es un destacado músico, multi-instrumentista y compositor peruano que ha elevado la música peruana a reconocimiento internacional. Aquí te contamos su historia.

Lucho creció en el Rímac, donde la música no era una presencia común; en las calles los niños jugaban trompo o ‘mata gente’. En ese entorno, no había ningún instrumento musical a la vista, y a pesar de un intento fallido al intentar aprender la flauta dulce, él creía que la música no era para él.

Fue a los 11 años cuando tuvo que mudarse a Huancayo por temas familiares, y fue en un colegio de dicha ciudad cuando tuvo su primer encuentro con la música a través de la zampoña. «Este acercamiento fue bonito porque fue muy lúdico. Además, la zampoña es como un juguetito», recuerda Lucho. En esa época, poseer una zampoña en Huancayo era comparable los niños de ahora y sus celulares.

«El soplar la zampoña, tocar una nota musical, me parecía maravilloso el hacer sonar algo», señala. Este descubrimiento se convirtió en parte integral de la vida diaria de Lucho. Sin embargo, enfrentó un momento crítico cuando, en una presentación escolar, el pánico escénico se apoderó de él, ya que fuera de las cámaras, Luis es una persona muy tímida. En consecuencia, no pudo tocar.

A medida que el tiempo avanzaba, Lucho superó ese miedo al escenario al empezar a tocar con amigos. Este paso lo llevó a desenvolverse cada vez más en el mundo musical, marcando un hito importante en su evolución artística.

Kuntur Wasi

A los 12 años, Lucho dio inicio a su propia agrupación musical, Kuntur Wasi, con el respaldo constante de su hermano Alfredo, quien ha desempeñado el papel de productor desde los días de la escuela.

En la década de los 80’s, marcada por la fiebre de tocar la guitarra eléctrica que contagiaba a todos los jóvenes, la zampoña y el charango se relegaban a un segundo plano. Convencer a sus amigos para formar una banda musical resultó ser un desafío considerable. Sin embargo, con la colaboración de sus amigos y su hermano, lograron dar vida a Kuntur Wasi.

La encrucijada de elegir una carrera llegó en quinto año de secundaria, momento en el que los padres de Lucho manifestaron su incomodidad ante su deseo de estudiar música. En ese contexto, las opciones se limitaban al Conversatorio de Música y la Escuela Nacional de Folclore. Con el fin de persuadir a sus padres, Lucho optó por cursar la carrera de Comunicación en la Universidad de Lima.

Desde que tenía 15 años, su fascinación por el cine lo llevó a explorar más a fondo esta disciplina, influyendo en su elección académica. Durante su etapa universitaria, profundizó aún más en su amor por el cine. En 2001, alcanzó el reconocimiento al ganar el concurso de cortometraje de CONACINE como mejor director, a pesar de trabajar en un proyecto con características propias del cine B, conocido por su modesto presupuesto. Este logro marcó un hito en su trayectoria, demostrando su versatilidad artística.

Beca en UNESCO

Con el afán de mostrar la música peruana al mundo, Lucho postula a una residencia para artistas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Este reto fue muy difícil porque la organización escoge una vez al año a un artista entre los cientos que están en esa residencia.

Lo llevaron a la sede principal en Montreal, Canadá, donde él tenía que armar una banda internacional. Esta banda estuvo conformada por un chino, un turco, un vietnamita, dos canadienses, un venezolano, un colombiano y un japonés. Él tocó sus temas basados en ritmos peruanos como landó, festejo, huaynos, entre otros géneros peruanos. Este proyecto nació en 2006 y se llamó «Sonidos vivos», donde muchos de los músicos antes mencionados nunca habían escuchado música peruana y algunos no sabían ni donde quedaba Perú.

Al año siguiente, se unió al prestigioso jurado internacional del Premio Galaxy Canadá 2007, consolidando su presencia en la escena artística global.

Otros reconocimientos

En 2004, su contribución a las artes lo llevó a ser finalista en las Olimpiadas de las Culturas WCO Corea, celebradas en Seúl, Corea. Su presencia y participación en la escena cinematográfica latinoamericana se consolidaron aún más al desempeñar roles clave como miembro del jurado en el Festival Latinoamericano El Cine en 2004, 2005 y 2007, en su país natal, Lima, Perú.

Su impacto en la música no pasó desapercibido, ya que fue nominado a Concierto del Año en los Premios Opus 2007 en Canadá, y recibió el Premio Conacine 2007 en la categoría de Mejor Música en Lima, Perú. Quequezana continuó destacándose en el ámbito documental, ganando el Premio en el Concurso de Proyectos Documentales Conacine 2008 con el proyecto-documental sobre «Sonidos Vivos» (aquel que inició en Canadá) y el Premio Ibermedia 2009 en España por el mismo proyecto.

Su compromiso con la propiedad intelectual también fue reconocido, ya que recibió un premio de Indecopi por el uso exitoso de herramientas de propiedad intelectual en 2006. La nominación a los Latin Grammy en 2014 por su álbum «Combi» fue otro hito significativo en su carrera musical. Finalmente, en 2014, Quequezana fue honrado con el prestigioso Premio Nacional de Cultura en Perú.

Princesa Kako de Japón

El último 7 de noviembre de este año, en el anfiteatro de Jesús María, la representante de la dinastía imperial nipona, Kako de Akishino, acompañada de su séquito, estuvo en un concierto protagonizado por el músico peruano Lucho Quequezana. La actuación de Quequezana provocó una reacción «inesperada» en la princesa Kako, llevándola al borde de las lágrimas, sorprendiendo a su comitiva y generando un revuelo en los medios japoneses.

«En el 2014 llegué a Japón para hacer un concierto especial y asistió la familia imperial Akishino, resulta que el príncipe heredero era fan de mi música y llevó a su hija», relata Luis en su cuenta de Tik Tok.

Entre las canciones que tocó Lucho estaba «El Cóndor Pasa» y otras melodías peruanas memorables, la princesa Kako expresó su entusiasmo con movimientos y aplausos. Al concluir el concierto, Quequezana propuso una canción adicional, obteniendo la delicada aprobación de la princesa, quien asintió con la cabeza para prolongar el espectáculo.

Esta decisión, fuera de cualquier previsión protocolar, tomó por sorpresa a los presentes, transformando el evento en un ambiente cálido y animado. La conexión espontánea entre el talento de Quequezana y la princesa Kako creó un momento único, dejando una huella imborrable en la audiencia y generando un eco en los medios tanto peruanos como japoneses.