Opinión

Los venezolanos y las 3 P del mercadeo peruano

Honestamente, nos estamos retrayendo tanto como sea posible, y desde nuestros cascarones estamos agarrando el celular para insultar o exigir que los migrantes se regresen a su país. ¿Por qué? Éso tendrá que responderlo cada quien, allí con su conciencia, sus actitudes y, especialmente, sus aptitudes; pero no me salgan con éso de que los peruanos no están dándole importancia a los peruanos.
Por Nelson Peñaherrera Castillo Publicado: Últ. actualización: 30 mayo, 2020 00:37
5 minutos

Al margen de nuestras simpatías o antipatías, desde el punto de vista periodístico, la migración venezolana al Perú es una historia que todo reportero, redactor o editor tendría que cubrir, para comenzar, porque no tiene un precedente local o regional (me refiero a Sudamérica). Incluso hay medios internacionales que han organizado verdaderos despliegues, como El País de España, con sus corresponsales en cada nación a lo largo de la ruta.

Particularmente, la historia ha llamado mi atención tanto por el proceso en sí como por la respuesta que está generando en nuestras comunidades locales.

Una vez puse en mi cuenta de Facebook un estado basado en un reporte radial que contaba cómo una migrante venezolana en Lima estaba lanzando su negocio de bolsas de tela artísticamente pintadas como una alternativa a las bolsas de plástico.

Como saben, el Perú está subiéndose al carro de los países y territorios en los que este derivado de los hidrocarburos se irá discontinuando paulatinamente debido a su impacto ambiental negativo, que, en realidad, ha sido descuido de toda la humanidad. Pero volvamos al tema.

El estado tuvo varios «Me gusta» y algunos comentarios. Uno de ellos vino de una colega de mi generación que puso algo así como «¿y por qué solo los venezolanos?».

Tratando de descifrar lo que motivó tal cuestión, después de cierto tiempo respondí algo así como «porque ésa es la historia, y porque cuando se lo preguntas a un peruano, no te responde o te dice que te va a responder y nunca lo hace».

Cuando produces contenidos para medios de comunicación, especialmente si se trata de contar historias en profundidad, no basta con que tú tengas la amplitud para olfatear una buena -en principio, toda historia es buena hasta que probemos lo contrario-, sino que la persona o las personas -una historia es una historia en periodismo cuando hay seres humanos involucrados- tenga toda la intención de facilitarte la información, siempre que se trate de algo que nos ayude a aprender sobre una porcioncita de la realidad.

Ésa es la mitad del trabajo; la otra es que sobre lo que yo te cuento, tú tomes una decisión. Ya, ese proceso es algo totalmente íntimo, por así decirlo.

Sucede que hay personas quienes entienden el poder que puede significar exponerse o exponer una realidad en los medios de comunicación, y colaboran activa o muy activamente para que ello suceda y se publique. Y cuando se publica, usan todos los medios a su alcance para que tenga la mayor difusión posible. Éste es, hay que decirlo, un grupo muy reducido.

El resto prefiere confiar en el poder de sus redes sociales, lo que es legítimo pero insuficiente.

La teoría clásica del mercadeo, o al menos la que yo aprendí, dice que el proceso tiene cuatro componentes muy diferentes pero complementarios: el producto o lo que quieres exponer (o vender), el precio o lo que me cuesta conseguirlo, la plaza o el espacio donde esté disponible y la publicidad o cómo lo vas a exponer. Sí, las famosas 4 P del mercadeo.

La teoría y la práctica demuestra que no puedes prescindir de ninguna. Puedes darla por tácita, pero nunca la puedes ignorar porque el modelo se cae más temprano que tarde.

Puede que tengas el mejor producto del mundo, a un precio inmejorable y disponible por todas partes; pero, si nadie se entera de que existe, ¿se mueve o no se mueve? ¡Lógico que no! Lo que no se anuncia, no se vende.

Ojo que éso aplica incluso al famoso sistema de publicidad boca-a-boca o ‘radio bemba’. Si no tienes alguien que comience a pasar la voz, fuíste.

Claro que si alguien como yo te escribe y te dice «quiero contar tu historia», tú tienes todo el derecho del mundo a decir sí o no; pero, si lo que buscas es que te funcione todo el modelo, y cuando se te abre una puerta (independientemente de quién te abra la puerta) prefieres no trasponerla, entonces algo raro está pasando allí. Pero, si encima te quejas de que nadie te toma en consideración, perdona, no es culpa del resto.

Personalmente, en las últimas dos semanas debo haber realizado unas quince o veinte solicitudes de entrevista o información sobre diversos temas, y de ellos cinco han sido a migrantes venezolanos. Solo me han respondido un peruano y dos venezolanos. Y de los dos venezolanos, con uno ya hemos logrado producir y publicar un primer material en cuestión de tres días, y tenemos planes de seguir publicando más.

Aunque siendo bien justos, en el caso piurano, los que mejor responden a solicitudes de entrevista, información o producción de contenidos, y lo hacen con el mayor entusiasmo del mundo, son quienes viven en la ciudad de Chulucanas.

Por otro lado, puede que sea la necesidad de integración, quizás de supervivencia, la que animen a los venezolanos a agarrarse de esas 4P a la primera oportunidad; es decir, hay una motivación lógica que da paso a una acción también lógica. Y en éso radica la competitividad, en la lógica, además de la veracidad.

¿Y qué pasa con el peruano? Honestamente, nos estamos retrayendo tanto como sea posible, y desde nuestros cascarones estamos agarrando el celular para insultar o exigir que los migrantes se regresen a su país. ¿Por qué? Éso tendrá que responderlo cada quien, allí con su conciencia, sus actitudes y, especialmente, sus aptitudes; pero no me salgan con éso de que los peruanos no están dándole importancia a los peruanos. Lo verdadero es que cuando un peruano le pregunta a su compatriota si desea que su historia se cuente, el peruano no responde, dice que ya pero no concreta nada, o -hay casos- pregunta qué ganaría con éso (con toda la soberbia posible).

En conclusión, si para el peruano el mercadeo tiene 3P, no es culpa del mercadeo, definitivamente, ni culpa de los medios, ni culpa de la migración. Si alguien lo quiere con manzanitas, avise.