La startup española Genially, de Córdoba, se empezó a crear en el 2008 y fue constituida en el 2015 por Juan Rubio, Luis García y Chema Roldán. Y ahora ha encontrado en Nueva York la capacidad de convertirse en una empresa internacional.
Esta startup ha logrado plantarle cara al gigante de las diapositivas aburridas, nada más y nada menos que a Powerpoint de Micrososft. De hecho, en cada país del mundo hay al menos una persona que ha utilizado o utiliza Genially.
Actualmente, ellos son conscientes que son una empresa global que, aunque sigue sin competencia directa, se enfrenta a un ecosistema en el que el exceso de ruido puede ser voraz.
Sin embargo, se han mostrado como una empresa rentable, pues de lo 4,4 millones de euros que ganaron en febrero de 2020, aún no se ha tocado nada.
No hay que reinventar la rueda
Nació en primera instancia como un proyecto de uso freemium que fue creciendo poco a poco hasta alcanzar lo que es hoy en día.
Opera en 140 países y cuenta con más 12 millones de usuarios. Cabe resaltar que solo en el primer medio año (6 meses) de operaciones lograron clientes de 100 regiones diferentes.
Si en más de 30 años nadie ha conseguido echar a un lado a Powerpoint es por un motivo muy simple: se ha convertido en un estándar tan común que cualquiera puede usarlo. Genially quería ser un estándar.
Es decir, Genially no ha que reinventado la rueda. Han abierto muchas más originalidad dentro del mundo de las presentaciones en cuanto a contenido, pero el uso sigue estando al alcance de todos.
Éxito en pandemia
Su crecimiento se disparó durante los meses de la pandemia. La tecnológica venía creciendo en el sector de las grandes empresas (Telefónica, Michelin o la Universidad de Oxford). Sin embargo, la educación escolar fue su ‘pez gordo’. Con el cierre de los colegios en medio mundo, la herramienta se hizo indispensable.
«Pasar de tener x usuarios a x10 de un día para otro era todo un reto», señala Chema, uno de los fundadores de la startup.
Hoy en día la componen más de 100 empleados. Y se ha transformado en esas empresas tecnológicas que ha dejado atrás el mundo de las oficinas.