El año 2019 ya culmina pero, seguramente, usted ha planificado algún proyecto para el siguiente año.
Y es previsible, además, que el dinero le faltará para conseguir eso que ha planificado. La solución aparece rápido: pedir financiamiento en alguna entidad bancaria.
¿Qué detalles debo tener en cuenta antes de pedir y aceptar un préstamo bancario?
Lo primero que hay que tener en cuenta son las herramientas para determinar el costo del financiamiento (rentabilidad).
Estas herramientas son las siguientes: 1) El valor presente de los flujos netos de los fondos y; 2) El costo real del financiamiento (TREA o TCEA).
El segundo aspecto a tomar en cuenta es la liquidez (cash).
En este aspecto se presentan algunos escenarios a tomar en cuenta.
Un primer escenario es que el financiamiento cubra la expectativa de recursos requerida y que la entidad financiera te apruebe el monto solicitado. Es un escenario óptimo.
Sin embargo, sucede a veces que se otorga una cantidad menor a la solicitada y eso obliga a buscar el saldo mediante otras fuentes con distintas condiciones (TEA, intervalos, plazos).
Otro escenario posible es cuando se pide más de lo necesario. Y, para ‘mala suerte’, se te concede dicho monto. Pero, ¿por qué es malo ese escenario?
El exceso de liquidez no se invertirá si no que se gastará. Esto ocasionará un desfase entre lo invertido (X) y lo que se debe pagar (X + adicional gastado).
Por ello, es vital que los pagos previstos se adecuen al flujo de caja proyectado para no caer en incumplimiento de pago.
Entonces, hay que olvidarse del clásico cronograma de pagos con cuotas mensuales y fijas.
Hay que ajustar estos pagos al monto del flujo de caja e intervalos de generación de los mismos de cada cliente.
Otros criterios para escoger fuentes de financiamiento son la disponibilidad de efectivo, la rapidez en la aprobación del crédito, la disposición de recursos, algunas garantías entre otros requisitos.