Fernando Labrín es uno de los peruanos que nacieron para ser emprendedores. Desde niño tuvo iniciativa para hacer cosas diferentes, únicas, y siempre mostró gran interés por aprender de los negocios familiares. Pero eso no es todo, el hijo de Luis y Tina también mostraba pasión por el arte.
Con el paso del tiempo y después de ganar concursos, premios y reconocimientos, el piurano que actualmente tiene 38 años decidió estudiar arquitectura en la Universidad Nacional de Piura (UNP) para combinar su interés por el arte, los negocios y la planificación urbana.
A la par, Fernando ayudaba a formar y crecer negocios con la familia, lo que le llevó a ganar el premio nacional del concurso «Haz Realidad tu Negocio» organizado por el Colectivo Integral de Desarrollo (CID) y nada menos que la UNESCO, el SECOURS CATHOLIQUE de Francia, junto al Ministerio de Trabajo (MTPE).
Después de ese premio, no cabía duda que su futuro era emprender.
Hoy, con 10 años de experiencia como arquitecto y 22 como emprendedor, es poseedor de una marca personal muy potente. No solo su negocio tiene su nombre (https://www.fernandolabrin.com/), sino que ha sido elegido por PromPerú para ser uno de los embajadores nacionales de la Marca País, que muestra lo mejor del territorio nacional al mundo. Él lo hace desde la arquitectura.
«Al ver todo lo que venido logrando desde temprana edad, tanto como persona, como en lo profesional, empecé a desarrollar mi marca personal«, le cuenta Fernando a Infomercado.
El emprendedor piurano considera que parte del éxito de su marca se debe a que desde hace 8 años viene trabajando y haciendo grandes esfuerzos con organizaciones nacionales e internacionales para trabajar proyectos que vayan de la mano con la responsabilidad social basado en la norma internacional ISO-26000.
«Lo que busco es trascender con la arquitectura. Buscamos siempre el bienestar de la ciudad, el satisfacer necesidades físicas, psicológicas, emocionales. No se trata solo de diseñar y ya, sino de dar un valor agregado, de crear una historia«, comenta Fernando Labrín.
Su visión es posicionar la arquitectura peruana al mismo nivel que ha llegado la gastronomía. Y pone un ejemplo de lo que se podría hacer en una ciudad como Piura.
«La arquitectura es el punto donde giran muchas economías. En Piura tenemos muchísimos artesanos con una identidad única. Todo ese arte lo podríamos llevar a la arquitectura, al diseño de interiores, exteriores, e incluso combinarlo con la responsabilidad social y hacer obras ecológicas«, afirma.
De esta forma, comenta, se generaría una interacción muy interesante entre el turismo, los emprendimientos y la parte residencial fomentando la planificación urbana sostenible. Fernando Labrín apunta a eso para llevar la arquitectura peruana al nivel que merece.
«Rediseñando ciudades con un crecimiento inmobiliario inspirado en el arte, la música, la naturaleza con identidad peruana, logrando una arquitectura y planificación urbana sostenible, apoyándonos en las fortalezas que cada región nos ofrece», señala el experto.