Emprendimientos

El Viringo: un ambiente familiar donde se disfruta comida norteña

Por Betsabé Saavedra Publicado: Últ. actualización: 29 mayo, 2020 06:00
5 minutos

Néstor Díaz y Jacqueline Castillo son una pareja de esposos, que apostaron por incursionar en el mundo de la gastronomía norteña. A inicios del año 2012, abrieron el restaurante El Viringo, que comenzó con gran popularidad entre las amistades de la pareja, pero que en los siete años que lleva en el mercado piurano, ha sufrido algunos altos y bajos, que han sabido sobrellevar.

Néstor Díaz es un hombre multifacético. Estudió música, electrónica, mecánica, diseño y artes plásticas en Piura. Durante 24 años conformó la banda Dilema, con la cual tuvo mucho éxito. Su esposa, Jacqueline Castillo, es una ingeniera de sistemas y comparte la pasión por el arte con su esposo.

Néstor Díaz y Jacqueline Castillo en el restaurante El Viringo

En el año 2011, Néstor culminó su contrato de trabajo. Con el dinero de la liquidación en mano sentía que debía comenzar a trabajar en algo propio. En aquel año, Jacqueline se dedicaba a vender joyas.

Néstor ya tenía en mente la idea de abrir un restaurante, pero para ello debía primero conversarlo con su esposa. «A mi esposa y a mí nos encanta cocinar, tenemos buena sazón. Primero decidí sentarme a conversar con ella para ver qué íbamos a hacer con el dinero de la liquidación», cuenta Díaz. «Cuando le comenté a Jacqueline lo de abrir un restaurante no se mostró muy convencida con la idea y me sugirió buscar otra cosa», agrega.

Sin embargo, el proyecto de tener un restaurante propio seguía rondando en la cabeza de Néstor. «Siempre hay que ser persistente en lo que tú quieres llegar. Por eso, pese a que mi esposa no estaba de acuerdo al comienzo, la logré convencer. Yo siempre creí que esto era para nosotros porque a ambos nos gusta cocinar y lo hacemos muy bien», asegura.

Inauguración de El Viringo

A fines del año 2011, durante un mes, Néstor y Jacqueline estuvieron haciendo pruebas con los cuatro platos que tenían planeado ofrecer:
ceviche, sudado de pescado, arroz con mariscos y chicharrón de pescado. «Un buen amigo mío, que tenía conocimiento de la gestión de restaurantes, me dijo que hay que pensar bien antes de empezar un negocio de estos, por ello, es que decidimos hacer las pruebas de cocina antes de abrir», comenta Néstor.

En el camino de materializar la idea de tener un restaurante propio la pareja se dio cuenta que los alquileres eran muy caros en ese entonces. «Tomamos la decisión de abrir en la casa de mi papá, en la Urbanización Las Mercedes», señala el propietario de El Viringo.

Así es como el 20 de enero de 2012 la pareja de esposos junto a su hija mayor decidieron emprender e incursionar en el rubro de la gastronomía norteña. «Comenzamos con una inversión de S/ 15,000 aproximadamente, un local de fachada de cañitas, con cuatro mesas y con cuatro platos a ofrecer», afirma.

La apertura del restaurante El Viringo fue todo un éxito en la Urbanización Las Mercedes. Los primeros clientes de la familia Díaz Castillo fueron sus amistades cercanas. «Nuestro comienzo fue muy bueno, recuerdo que el primer día saqué mesas a la calle porque en la casa de mi papá ya no cabían más, llegaron hasta el colegio Bacilio», confiesa. «Mi esposa, mi hija mayor y yo comenzamos como empleados de este restaurante».

«Bajas»

A tres meses de abrir El Viringo, la fiscalía cerró el local porque no tenía los papeles en regla. «Nuestro primer cierre fue temporal, estuvimos sin atender cuatro días, pero la multa sí fue fuerte, de casi una UIT», recuerda. «Por parte de la fiscalía les falta apoyar y orientar al emprendedor piurano porque venían, me cerraban el local y ni siquiera me explicaban cuál era el procedimiento que tenía que seguir para regularizar mi restaurante», continúa.

Pese a las dificultades que pasaron en algunas ocasiones con los cierres del local, los emprendedores supieron persistir.

«Mi restaurante es un restaurante familiar, eso es lo que lo diferencia de otros. Preferimos vender refrescos caseros antes que gaseosas o cerveza. Además, lo que se ofrece en este restaurante es amor a nuestros clientes, atención personalizada a ellos desde que entran hasta que se van, precios justos y platos bien taypa», asegura Néstor Díaz.

«Lo que pide el cliente yo lo hago. Estamos para satisfacerlos», agrega Jacqueline Castillo, propietaria y jefa de cocina de El Viringo.

Nuevo local

El 14 de febrero de 2019, El Viringo se trasladó a la Av. Cesar Vallejo f 33 Residencial Piura (a lado del Rest Brisas del Mantaro). A la fecha cuentan con 17 mesas ahora y siete trabajadores.

Como amantes del arte, la pareja de esposos ha sido la encargada de la decoración y diseño de su nuevo local. El nombre del restaurante, y la decoración, es en honor a la mascota de la familia Díaz Castillo, un perro viringo.

Néstor y Jacqueline afirman que, para implementar la carta a lo largo de los años, han tomado en cuenta los gustos del cliente y las recetas de Jacqueline. «Siempre vamos a buscar rescatar algunos platos que son necesarios destacar, como la malarrabia, por ejemplo».

Plato de malarrabia

Los platos más vendidos del restaurante El Viringo son las rondas criollas y la ronda viringo.

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Por Betsabé Saavedra

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