En ocasiones cuando vemos una película basada en hechos reales, es casi imposible no preguntarnos si una persona hizo todo lo que estamos viendo en la cinta, lo que termina cautivando al espectador. Tal es el caso de «El estrangulador de Boston» (2023), la producción que narra una de las olas de asesinatos más macabras que ocurrió en Estados Unidos y que continúa sin resolverse.
La historia real de «El estrangulador de Boston»
De acuerdo con Infobae, entre 1962 y 1964 todas las mujeres de la ciudad de Boston corrían peligro, ya que la policía recibió trece reportes de víctimas a quienes agredieron sexualmente y luego asesinaron en sus propios hogares con una media de seda o con una cuerda. En octubre de 1964 una de las víctimas sobrevivió e identificó al sujeto como Albert DeSalvo, quien posteriormente confesó sus crímenes con lujo de detalle.
Sin embargo, la policía no pudo relacionarlo con los hechos, ya que no había alguna prueba que lo vinculase directamente. Por ende, fue sentenciado a cumplir cadena perpetua en el Bridgewater State Hospital por delitos anteriores, sin relación con las trece víctimas. No obstante, terminó escapando junto a dos reclusos.
¿Qué pasó con Albert DeSalvo?
Un día después del exitoso escape, DeSalvo se entregó nuevamente y lo trasladaron a una cárcel de máxima seguridad, el sitio donde seis años después murió por apuñalamiento.
¿Por qué sus crímenes seguían siendo un misterio?
Según Fotogramas, los crímenes del estrangulador continuaron investigándose hasta hace una década. En 1968, el doctor Ames Robey del Bridgewater State Hospital reveló que DeSalvo era un «confesor compulsivo» que necesitaba ser reconocido constantemente. Asimismo, en 2001 un agente del FBI explicó que las evidencias encontradas en cada homicidio no encajaban con una sola persona.
A pesar de esto, la investigación llegó a su fin en 2013, cuando el Departamento de Policía de Boston anunció que encontró una similitud genética en las pruebas de ADN del sobrino de DeSalvo, las cuales también coincidieron con el líquido seminal de su cadáver y el de su última víctima, Mary Sullivan, cerrando el caso en ese año.