Camila Pareja Lecaros convirtió su pasión por los zapatos en una marca referente de la moda peruana. Desde que vendía vestidos de papel en el taller de su abuela hasta dirigir tres tiendas en Lima y exportar a varios países, bajo su marca Donna Cattiva.
Camila Pareja Lecaros
Camila Pareja Lecaros creció en una familia donde las ideas se transformaban en realidades. Por el lado paterno, su abuelo y su padre siempre buscaron nuevas formas de emprender; mientras que, por el lado materno, predominaba el arte y la arquitectura, con una abuela que también dejó huella al crear su propia marca de pijamas.
Rodeada de retazos de tela, agujas y máquinas de coser, Camila aprendió desde niña el valor del trabajo hecho a mano. Su primer contacto con la moda ocurrió en el taller de su abuela, donde, con tan solo seis años, comenzó a vender vestidos de papel adornados con trozos de tela.
En 2007, ingresó a estudiar Diseño de Modas en un instituto de Lima. Desde el primer día, descubrió que su fascinación por la moda estaba enfocada en los zapatos. En las clases de ilustración, solía concentrarse más en dibujar el calzado que en la ropa, una señal clara de la dirección que tomaría su carrera.
Con determinación y una visión inspirada por sus raíces, Camila empezó a construir su propio estilo, uno que combina tradición, elegancia y un sello personal que refleja tanto su historia familiar como su amor por el diseño.

Historia de Donna Cattiva: Inicios
Todo comenzó en 2009, cuando Camila, entonces una joven de 21 años, presentó su proyecto de tesis para la carrera de diseño de modas. De esa experiencia nació Donna Cattiva, un nombre italiano que en español significa “mujer mala”, y que simboliza rebeldía, fuerza y autenticidad.
Su primer paso fue diseñar dos modelos de botas bucaneras, altas hasta las rodillas. Decidida a convertir su idea en realidad, registró la marca y se aventuró por las calles de Surquillo en busca de proveedores de cuero que aceptaran trabajar con pequeñas cantidades. Así, con perseverancia y creatividad, dio forma a sus primeros productos.
En aquel entonces, Donna Cattiva no era su principal fuente de ingresos. Camila trabajaba en el equipo de diseño de una tienda por departamentos, mientras vendía sus creaciones a amigas y colegas. Las redes sociales fueron su gran aliada, ya que a través de Facebook, justo cuando surgían las fanpages, empezó a mostrar sus diseños.
Ella se encargaba de todo el proceso, pues respondía mensajes, gestionaba pedidos, mandaba a fabricar los zapatos, los empacaba y hasta hacía las entregas personales en su propio auto.
Con el tiempo, comprendió que debía seguir aprendiendo para hacer crecer su emprendimiento. Por ello, viajó a Barcelona para estudiar un Máster en Marketing y Comunicación de Moda, experiencia que le permitió fortalecer la esencia y proyección de Donna Cattiva en el competitivo mundo de la moda.

Desafíos y crecimiento
Tras su regreso de Barcelona, llegó llena de ideas frescas para renovar Donna Cattiva. Lanzó una nueva colección y abrió un showroom, convencida de que ese sería el impulso que su marca necesitaba.
Sin embargo, la apuesta no funcionó como esperaba. La competencia, impulsada por la llegada de grandes cadenas como Zara, complicó el panorama. Aun así, su padre le brindó apoyo económico para financiar aquel intento, que aunque fallido, se convirtió en una valiosa lección.
Lejos de rendirse, Camila consiguió el trabajo de sus sueños y se convirtió en compradora de zapatos para una tienda por departamentos. Esa experiencia la llevó a pausar Donna Cattiva temporalmente, mientras adquiría nuevos conocimientos sobre el mercado y las tendencias internacionales.
Con el tiempo, decidió retomar su marca. Al observar un crecimiento sostenido, en 2015 decidió renunciar a su empleo corporativo después de más de dos años y medio para dedicarse por completo a su emprendimiento.
El 2019 marcó un antes y un después. Fue un año extraordinario para Donna Cattiva, con récord en ventas y un reconocimiento creciente entre los amantes del calzado artesanal. Sin embargo, la pandemia llegó para poner a prueba su resiliencia. El cierre de tiendas y la incertidumbre económica la llevaron a replantear su modelo de negocio.
Ante la necesidad de contar con mayor capital y una mejor estructura, Camila decidió asociarse con una empresa que absorbió parte de Donna Cattiva. Gracias a ello, obtuvo soporte logístico y administrativo, lo que le permitió profesionalizar la gestión de la marca. Hoy, la mayoría de su equipo está conformado por mujeres, reflejando su compromiso con el liderazgo femenino.
En 2023, Donna Cattiva celebró 14 años de historia, consolidándose como una marca referente del calzado artesanal peruano. Ese mismo año inauguró tres tiendas en Lima y realizó una colaboración con PURI, marca especializada en calzado infantil.
Actualmente, la marca continúa expandiéndose más allá de las fronteras del Perú, con presencia en Ecuador, Estados Unidos, Costa Rica y Chile. Para Camila Pareja, cada desafío superado ha sido el punto de partida hacia un nuevo crecimiento.
Contactos:
Web: Donna Cattiva
Facebook: Donna Cattiva
Instagram: @donnacattiva