BBVA Research señaló que el crecimiento estimado para este año se verá favorecido por un entorno externo relativamente positivo. Especialmente por los atractivos precios de los metales como el cobre y la normalización de las condiciones climatológicas. Además, la estabilidad política y social comparada con el año anterior contribuye a esta revisión al alza, aunque persiste un aumento del riesgo debido a la percepción de un debilitamiento del Ejecutivo.
Por su parte, el economista jefe para Perú del BBVA Research, Hugo Perea, explicó que 2024 será un año de recuperación para sectores que fueron fuertemente afectados en 2023 por anomalías climatológicas.
“Será un año de rebote, en el que se recuperarán aquellos sectores que fueron más afectados en 2023 por las anomalías climatológicas (pesca, agropecuario, algunas ramas de la manufactura como el sector textil) y los sectores no primarios, beneficiados por el avance que tendrá el gasto que realiza el sector privado”.
Proyecciones para el crecimiento económico 2025
Para 2025, BBVA Research proyecta un crecimiento de 2.7%, considerando que el impacto del retiro de fondos de pensiones se disipará para entonces. Esta previsión subraya la expectativa de una economía que continuará en expansión, aunque a un ritmo moderado.
Por otro lado, el informe Situación Perú, resalta el rápido descenso de la inflación en los últimos dos meses, facilitado por la normalización de las condiciones climatológicas que redujo los precios de algunos alimentos. En mayo, la inflación se ubicó en el centro del rango meta (2%).
BBVA Research prevé que en los próximos meses la inflación no se alejará significativamente de este nivel. Ello debido a la brecha negativa del producto y la incipiente recuperación de la actividad económica, asumiendo un clima relativamente normal. Hacia fines de 2024, se estima que la inflación cerrará en torno a 2.6%, con una previsión para 2025 de 2.4%.
Finalmente, el informe señala que el Banco Central de Reserva (BCR) estuvo reduciendo su tasa de política monetaria desde septiembre, ubicándola actualmente en 5.75%. Este descenso fue posible gracias a:
- La disminución de la inflación, permitiendo así normalizar la postura de la política monetaria. Aunque de manera gradual debido a la volatilidad generada por la incertidumbre sobre las acciones de la Reserva Federal (Fed) de EE.UU.
- La resistencia de la inflación subyacente local, que se sitúa en 3.1%.