De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la actividad económica creció 2.3% interanual en mayo, mostrando así una desaceleración con respecto al crecimiento del mes de abril en donde fue de 3.7%.
En el crecimiento de mayo volvió a destacar el componente no primario del PBI, el cual creció 4.5%, sobre todo aquellas actividades que siguen viéndose favorecidas por la flexibilización de le medidas de aislamiento sanitario, entre ellas servicios como Alojamiento y Restaurantes o Transportes. Además, también fue importante el avance que sigue registrando la Manufactura no primaria.
No obstante, del lado primario se observó un retroceso de 3.9%, siendo incluso más acentuado que en meses previos. Esto se debió a que la producción minera metálica continúa siendo afectada por los conflictos sociales, mientras que la extracción pesquera retrocedió en un contexto donde la temperatura del mar se ubica por debajo de sus niveles normales.
De igual forma, como en mayo, en el acumulado de los cinco meses del año, fue el comportamiento no primario (4.9%) el de mayor dinamismo, apoyado en la normalización de las actividades que fueron afectadas por las medidas de aislamiento sanitario y en un mayor gasto de las familias.
En contraste, el componente primario decreció en 1.4%, siendo la minería y la pesca, los sectores que frenaron el crecimiento. En el caso de la minería se debió por las paralizaciones continuas en algunas unidades importantes, mientras que en la pesca se debió por los débiles desembarques producidos por las bajas temperaturas del mar.
Por otro lado, según el INEI, cabe señalar que el crecimiento interanual es mayo se condice con una expansión de 1.4% intermensual. Este resultado es mejor que los registrados en meses anteriores, no obstante, a pesar de la mejora, el nivel de PBI aún se encuentra por debajo de los niveles alcanzados a principios de año.
De acuerdo a las estimaciones de BBVA Research, si el nivel presentado en los primeros cincos meses se mantiene sin cambios hasta fin de año, es posible que la expansión del PBI en el 2022 sería de 1.4%.
Los indicadores disponibles para junio, señalan a que en términos interanuales, el crecimiento sería ligeramente mayor en el mes pasado.
Lo anterior puede ser posible ya que el consumo interno de cemento, el cual es un buen indicador del comportamiento del sector Construcción, registró un mejor desempeño en junio y algo parecido ocurrió con la producción de electricidad y la inversión pública. Además, uno de los conflictos sociales que golpeaba en gran magnitud a la minería se resolvió temporalmente en la segunda mitad de junio.
Por último, según las proyecciones de BBVA Research, el crecimiento del PBI tenderá a moderarse durante la segunda mitad del año, creciendo solo entre 1.0% y 1.5% interanual.
Entre los factores que merman el crecimiento están; el deterioro del entorno internacional, el agotamiento del impulso de las actividades afectadas por el aislamiento, el pobre nivel de la inversión pública, las crudas condiciones de financiamiento, menor confianza empresarial y los conflictos sociales.