El aprendizaje escolar siempre está evolucionando. El desarrollo de la tecnología y las ciencias modifica el contenido curricular de las escuelas constantemente.
Actualizar la enseñanza es necesario para preparar correctamente a los niños y adolescentes. Aunque hay un área de la enseñanza futura que el desconocimiento no permite impartir correctamente: la programación.
La fuente del código
“El cuello de botella más grande es la falta de entendimiento de padres y colegios de que es la programación para niños”, explica María del Mar Vélez, fundadora y CEO de Crack the Code, startup educativa que ofrece cursos de programación, diseño y creatividad digital y desarrollo de videojuegos desde la temprana edad de los cinco años en adelante.
En Crack the Code tienen dos formas de acceder a sus servicios: la ruta de aprendizaje y los cursos sueltos. El primero dura nueve meses, como un año escolar.
El segundo se puede elegir dentro del catálogo de cursos para que el niño vaya adentrándose al mundo de la programación. “Sacamos talleres novedosos, más intensivos en vacaciones”, recomienda María.
Y todos son 100 % virtuales. Esto le ha permitido a la empresa entablar alianzas con escuelas sin tener que preocuparse por el transporte de sus educadores.
De la misma forma, los colegios tienen más incentivo en requerir sus servicios, pues no hay el impedimento físico.
Si bien no tienen planes de regresar a las clases presenciales, cuando estas sean permitidas, sí están planeando tener eventos presenciales.
Juegos y clases
Para esta temporada, Crack the Code está promocionando uno de sus cursos más buscados: Minecraft for Education que le permite al niño programar mientras juega.
“Queremos cambiar ese rol del niño como usuario jugador/consumidor a que sea creador”, señala María. Es por eso que también ofrecen un curso parecido con otro juego bastante popular: Construye con Roblox.
De igual forma, Crack the Code se unió este año con la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) para realizar cursos dirigidos para los adolescentes de entre 14 a 23 años.
“Nuestro objetivo es que el niño que está en secundaria y no sabe que estudiar tome una decisión más educada”, indica María.
Las expectativas de Crack the Code han aumentado con la digitalización forzada por la pandemia. Se han abierto mayores posibilidades para contratar al mejor talento disponible sin necesidad de preocuparse por su locación. En Piura, por ejemplo, cuentan con cuatro miembros de su equipo.
Programa futuro
María sabe que todavía hay varias barreras que derribar para establecer cursos de programación en el currículo educativa. Comenta que hay un estigma alrededor del tiempo de pantalla: “Al iPad le pones tiempo límite, al papel con lápiz no”, ilustra.
Ese es el mayor enfoque que tienen en la empresa: eliminar esa idea preconcebida que todo tiempo en la computadora o tablet es tiempo perdido para el niño y que, en realidad, hay una oportunidad gigante para educarse por estos medios.
“Le metemos mucho esfuerzo a que el niño esté aprendiendo mientras se divierte”, concluye María.
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