Hace unos días compartía debates con Karem Díaz, ex practicante del Banco Central de Reserva del Perú y gran amiga.
Comentábamos sobre la dinámica que está teniendo el Covid-19 en Perú y qué variables se deberían tomar en cuenta para la toma de decisiones políticas (llámese extensión de plazo de cuarentena o diseño de salidas en cuarentena).
Yo postulaba que la variable a tomar en cuenta era el ratio de test que daban positivo sobre el número total de test realizados a la fecha.
Por el contrario, Karem acotaba que la variable relevante era la la tasa de letalidad aparente, que es el ratio de decesos sobre el total de casos Covid-19 positivos.
Así, en el post ‘Tests Covid-19 vs Casos Confirmados’, del 5 de abril, se mostraba que Perú estaba presentando un incremento sostenido de la variable que yo postulaba dar mayor seguimiento.
Karem, por el contrario, acotaba que el número de decesos no variaba mucho, con lo que las políticas planteadas estaban dando ciertos resultados.
Me quedó la inquietud de poder encontrar una relación entre estas dos variables, la que yo postulaba y la de Karem.
Ayer me topé con un artículo italiano que justamente relacionaba ambas variables y comentaba que existía, por lo menos, una correlación directa entre ambas (https://www.ispionline.it/…/covid-19-and-italys-case-fatali…).
La correlación en cuestión se presenta en la figura 6 y muestra una serie de regiones italianas con sus respectivas tasas de letalidad y el porcentaje de test que dan positivos, del total realizados.
Muestra el gráfico que mientras mayor sea el porcentaje de personas que salen positivos en los tests, el ratio de letalidad aumenta.
Lamentablemente este ratio puede aumentar mucho. Por ejemplo, Lombardia, región abatida en el norte italiano por la pandemia, muestra un ratio de letalidad del 13.6 %, mientras que el porcentaje de personas testadas en esta localidad que dieron positivo fue del orden del 40 %.
Existe pues una correlación, aunque no se puede determinar cuál es la variable que genera la dinámica de la otra.
Quizá, como hipótesis, se pueda pensar que cuando el sistema de salud se satura por el mayor ingreso de pacientes con sintomatología Covid-19, este comienza a colapsar.
Esto hace imposible realizar el monitoreo inteligente de los pacientes que tienen el virus y de las personas que potencialmente puedan ser contagiadas por los mismos, haciendo que el virus llegue a una mayor cantidad de personas en una región.
También puede suceder lo contrario. Dado el alto grado de expansión del virus en una región, el sistema de salud no aguanta el ingreso de nuevos pacientes y colapsa, haciendo imposible la contención de nuevas muertes a causa del virus.
Todo ello resulta dramático, pero son los números los que nos muestran la situación que hace unas semanas Italia ya vivió (el artículo, del cual salen los puntitos azules que se muestran en la gráfica, fue elaborado con data al 24 de marzo de 2020, hace dos semanas).
Por ello, era bueno saber dónde está situado Perú, tanto al inicio de epidemia en su territorio (20.03.20), como en su situación actual (08.04.20). Se elaboró un gráfico para analizar ello.
Los puntos azules son los datos recogidos en el artículo italiano, muestran la dinámica de Italia por regiones. Los puntos anaranjados son los datos de Perú.
Como se puede observar al 20 de marzo, el Perú mostrada un índice de letalidad aparente del 1,5 %, más bajo incluso que los registrados en artículos de naturaleza clínica, que están estudiando sobre la marcha la evolución del Covid-19 (1,7-1,8 % aproximadamente).
Para el 8 de abril, el índice de letalidad aparente había subido a 3,3 % y ya se mostraba cerca a lo registrados por algunas regiones italianas.
Si bien es cierto, esta dinámica podría preocupar, lo cierto es que los resultados, por lo menos actuales, muestran una similitud de la situación encontrada en regiones italianas como Veneto o Lazio, las cuales han podido sobrellevar de forma adecuada y armoniosa la aparición del brote en Italia.
Estas regiones tuvieron como estrategia elaborar un testeo amplio entre sus gentes (sintomáticos y no sintomáticos) para poder encontrar de manera efectiva nuevos brotes anteriormente no identificados.
Por tal motivo, esa debe ser la estrategia que debe seguir Perú para que el ratio de contagiados Covid-19 frente al número de personas testadas no se dispare y, al mismo tiempo, el ratio de letalidad no suba de manera consistente.