Según lo señala el Instituto Peruano de Economía (IPE), el país entró a la pandemia en mazo como una de las naciones macroeconómicamente más sólidas de la región. Pero su fortaleza ha sido puesta a prueba.
No solo porque en el segundo trimestre del año el producto y el empleo tuvieron contracciones históricas, sino porque la crisis política y social alcanzó su máximo luego de la vacancia del presidente Vizcarra a inicios de la semana anterior.
Clasificación crediticia
En la última nota del IPE se señala que la inestabilidad política es un factor importante en las evaluaciones de calificación crediticia de un país.
Las cuales no consideran solo indicadores macroeconómicos sino también institucionales.
La agencia calificadora Fitch Ratings redujo la calificación de deuda de largo plazo en moneda nacional a BBB+ durante junio.
Aludiendo al deterioro moderado de las finanzas públicas, el agotamiento de los activos líquidos del gobierno, y la expectativa de mayor financiamiento a partir de la deuda en el 2021 y 2022.
Desde entonces, las expectativas de calificación crediticia han permanecido estables, pero los últimos sucesos políticos han motivado preocupación sobre la situación macroeconómica y la capacidad de repago de corto y largo plazo.
De acuerdo a Jaime Reusche, de Moody’s Investor Service, “muy probablemente la calificación del país se va a tener que revisar, porque culmina todo un ciclo de deterioro institucional”.
Fitch Ratings publicó el miércoles 11 que, si la política permanece inestable luego de las próximas elecciones, se podría comprometer la trayectoria del déficit fiscal.
Sobre todo, si el gobierno no consigue mejorar la recaudación y resistir presiones de mayor gasto.
Por su parte, S&P Global Ratings se mostró más confiado en el futuro de la economía peruana luego de la vacancia y mencionó que su escenario base es que no se afectaría de manera significativa los fundamentos crediticios del país.
Tipo de cambio
Entre los indicadores de riesgo financiero observados diariamente, el tipo de cambio ha sido uno de los que más ha respondido a la crisis política.
A diferencia de las monedas del resto de países de la Alianza del Pacífico, el sol se ha depreciado sostenidamente desde abril, lo que responde, en parte, a las tensiones entre los poderes del Estado.
No obstante, esta depreciación se ha acelerado en los momentos de mayor enfrentamiento, como los procesos de vacancia presidencial.
Por un lado, ante la aprobación de la primera moción de vacancia, el tipo de cambio se incrementó de S/ 3,54 por dólar a S/ 3,57 entre el 10 y 11 de setiembre, un aumento diario de 0,8%, uno de los mayores en el año.
Por su parte, el 10 de noviembre, el tipo de cambio se incrementó 1,2%, el mayor salto en este 2020.
Al cierre del 16 de noviembre, alcanzaba los S/ 3,64 por dólar, su nivel más alto en los últimos 18 años.
Riesgo país
Las mociones de censura de los últimos meses también tuvieron un efecto sobre el riesgo país, indicador que representa la diferencia entre el rendimiento de los instrumentos de deuda soberana de un país y de los bonos de corto plazo del Tesoro de EE.UU., considerado un activo de muy bajo riesgo.
Desde abril, el riesgo país del Perú mostraba una tendencia decreciente, luego de haber alcanzado el 23 de marzo un tope de cuatro años, debido a la incertidumbre acerca del impacto que la pandemia tendría sobre las cuentas fiscales.
Sin embargo, el primer intento de vacancia en septiembre generó preocupación en los mercados internacionales, lo que explica, en parte, que el riesgo país se incrementara 25 puntos básicos (pbs) entre el 18 y 23 de ese mes.
Por su parte, ante la vacancia presidencial, este indicador aumentó 7 pbs entre el 9 y 10 de noviembre.
Si bien el riesgo país del Perú es el menor entre las economías de la Alianza del Pacífico, el escenario todavía es incierto, señaló el IPE.