Gustavo Yamada y Juan Francisco Castro, investigadores y profesores de Economía de la Universidad del Pacífico, encuentran en por cada año adicional de educación superior que reciba una persona, sus activos económicos se incrementarán en promedio entre 10% y 18%.
Los profesores, a partir de los datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) y el Instituto Peruano de Economía (IPE) estimaron la profesionalización en las familias peruanas en los últimos 15 años.
Encontraron que para el año 2004, el 40,6% tenía al menos un hijo que cursaba o había culminado estudios superiores; para el año 2018 esa misma cifra creció ventajosamente posicionándose en 52,8%.
Esta investigación divide a dos grupos según el nivel educativo de los padres.
Padres que no alcanzaron estudios superiores, pero tienen al menos un hijo que cursa este nivel o ya lo completó, estos hijos serán la primera generación que tendrá estudios superiores.
Por otra parte, padres que han alcanzado el nivel de educación superior y sus hijos están cursando este nivel o lo han acabado ya. Estas familias, se denominan «consolidadas».
Cabe resaltar que hay un especial énfasis en el grupo de la generación «entrante», es decir; aquellos hijos serán la primera generación entre su familia que obtendrá el grado de educación superior.
Así, según los investigadores, se puede determinar el siguiente flujo en los gráficos, según departamento:
Destacan las regiones de Madre de Dios, Huancavelica y Huánuco, donde su proporción casi se duplicó y ahora alcanzan el 44%, 31% y 28%, respectivamente.
Piura, no ajeno a ello, incrementó también su proporción acercándose casi al 30%.
Este incremento coincide con una importante mejora en indicadores económicos y sociales dado los contextos macroeconómicos de la región.
Entre el 2004 y el 2018, por ejemplo, el PBI por habitante casi se duplicó y la tasa de pobreza se redujo de 58,7% a 20,5% de la población.
Importancia de la SUNEDU
Además es importante el rol de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), pues no basta acceder a la educación superior sino también asegurar un mínimo de calidad en esta inversión que los estudiantes y las familias con mucho esfuerzo realizan.