Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), informó que casi dos meses después de que la institución que dirige haya lanzado el programa de operaciones Repo, solo dos de los quince bancos existentes se han acogido a la medida.
El BCRP lanzó este programa para darle liquidez inmediata a las entidades financieras con la condición de que reduzcan en 20% o 2 puntos porcentuales las tasas de interés al reprogramar las deudas de sus clientes en un plazo de 6 a 48 meses.
Esta medida permitiría dar un respiro económico a los usuarios, quienes en muchos casos perdieron sus empleos o vieron reducidos sus ingresos durante el estado de emergencia.
Aunque el presidente del BCRP no precisó cuáles son estos dos bancos, la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc) señaló que esta semana brindarían más detalles sobre el tema.
Aunque acogerse a las operaciones del BCRP es voluntario, la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) también prepublicó un proyecto de resolución el que obligaría a los bancos a otorgar facilidades a los usuarios.
Uno de los aspectos que destaca en el proyecto es la reducción temporal de tasas de interés al reprogramar deudas. Esto podría empujar a que las entidades financieras se acojan al programa del BCRP.
Esta norma estaba prevista a entrar en vigencia en agosto, por lo que ya debería estar publicándose esta semana.
Reprogramación sin beneficios
Según información de Asbanc, los bancos han reprogramado alrededor de 18 millones de créditos. Sin embargo, las condiciones no serían las mejores, ya que en la mayoría de casos se incrementaron las tasas de interés. Esto a la larga termina endeudando más al usuario.
«Nos han presentado una parte de la película, pero la pregunta es bajo qué condiciones. ¿Qué beneficios tuvieron los créditos reprogramados para el sector productivo, cuánto se redujo la tasa de interés promedio, a qué plazo, cuánto se amplió el periodo de gracia?», enfatizó Juan José Marthans, el exjefe de la SBS.
Marthans recordó que a inicios de la pandemia, la SBS realizó una reducción de provisiones para flexibilizar los reportes de malas deudas que se les exige a los bancos. Esto con el fin de que se mejoren las condiciones y haya un menor costo de crédito.
“Sin embargo, si estos beneficios no se trasladan al sector productivo y no se reduce el costo de crédito, ¿a quién termina por beneficiar la medida?”, insistió el economista.
Importante
Velarde señaló que el costo de los fondos que utilizan los bancos para los préstamos se han abaratado y debería reflejarse también a los créditos del usuario final.
Para Marthans, lo que se flexibiliza son las condiciones de financiamiento. “No bajarles la tasa de interés en la actual coyuntura puede generar una gran pérdida para el sector productivo y comercial. Y al final de cuentas eso va contra los mismos intereses de la banca”.