Según el último reporte económico de BBVA Research, el Índice de Precios al Consumidor de Lima aumentó 0.46%, siendo la segunda cifra más alta en lo que va del año.
Este incremento podría explicarse por dos factores. Primero, por el aumento de los precios de algunos alimentos como: carne, pollo y pescado. Y segundo, se debería al alza de las tarifas de electricidad residencial.
Por otro lado, se observó una nueva disminución de los precios de los combustibles, vinculada a la transmisión rezagada del fuerte descenso que tuvo la cotización internacional del petróleo en marzo y abril, la que moderó la inflación en el mes.
Con el último resultado de julio, la inflación en términos interanuales se incrementó a 1.9% explicado por el componente de alimentos y energía (que pasó de 1.2% a 2.2%).
Por su parte, el componente de la inflación que excluye a los alimentos y la energía, una medida más tendencial de los precios, disminuyó levemente y se ubicó en 1.8% interanual.
Sin embargo, se estima que este aumento en la inflación es solo transitorio, ya que el incremento se debería solo en los rubros de alimentos y energía eléctrica, los cuales se espera que se normalicen en los próximos meses.
Por lo que a medida que la economía se reactive y los diversos rubros reinicien sus operaciones, la oferta de bienes y servicios volverá a la normalidad.
No obstante, la demanda seguirá débil por la crisis, en particular el gasto del sector privado, lo que golpeará los precios, pudiendo llegar a ubicar a la inflación por debajo de los límites establecidos por el BCRP (1% -3%).