Alejandro Torvisco, empresario peruano y dueño de Anypsa, fue sentenciado a prisión suspendida y al pago de 76 millones 55 mil 517 de soles por su implicación en defraudación tributaria. La decisión fue tomada por el Juzgado Penal Liquidador Supraprovincial en Delitos Aduaneros, Tributarios, de Propiedad Intelectual y Ambientales de Lima, que determinó que la empresa peruana incurrió en defraudación tributaria, en la modalidad de deducción de costo y/o gasto falso en su modalidad agravada durante los ejercicios fiscales del año 2012 y 2013.
El empresario admitió su responsabilidad por haber presentado costos y gastos falsos en una forma agravada durante los ejercicios fiscales de 2012 y 2013. Según la sentencia, Torvisco obtuvo de manera ilegal crédito fiscal del IGV durante todo el período de 2012 y 2013, en agravio de la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (Sunat).
La sentencia impone cuatro años de prisión suspendida y el pago de una multa de S/68 mil 920 soles, además de una reparación civil de S/76 millones 55 mil 517 soles, misma que deberá ser pagada a la Sunat. La familia Torvisco tiene plazo hasta octubre de 2024 para abonar cerca de S/11 millones, mientras que el saldo restante deberá cancelado dentro del plazo de treinta meses adicionales hasta el año 2027 (es decir, deberá pagar cerca de S/2,2 millones mensualmente).
¿Cómo nació Anypsa?
Los hermanos Alejandro, Nemecio y Prudencio Torvisco crecieron en una familia muy humilde. Por esa razón, luego del fallecimiento de su padre, Nemecio y sus hermanos tuvieron que trabajar desde muy pequeños en el campo para ayudar a su madre a solventar los gastos del hogar.
A mediados de los años 80, Nemecio comenzó a vender golosinas afuera del cine Riva Agüero en El Agustino. Incluso, se quedaba hasta muy altas horas de la noche esperando que salieran todos los asistentes de la última función. A los 14 años, Nemecio trabajaba en una carpintería, mientras que su hermano Alejandro en una pequeña fábrica de pinturas.
Al poco tiempo, Alejandro se quedó sin trabajo y junto a sus hermanos decidieron emprender en el mismo rubro en el que el joven había estado trabajado: las pinturas. De esta manera, con US$3 mil como capital, los hermanos compraron su primer motor en la calle Pachitea en el Centro de Lima y posteriormente, hicieron el logo de la compañía en Jirón de la Unión. Así nació Anypsa.
